Los cadáveres descuartizados de un fotoperiodista y otro individuo que retrataba a turistas fueron hallados el domingo en un automóvil en una carretera del estado mexicano de Michoacán (oeste), informó la fiscalía y un directivo del medio para el que trabajaba el comunicador gráfico.

Uno de ellos, Arturo Barajas, de 46 años, trabajaba eventualmente para el Diario de Zamora (Michoacán) en la cubertura gráfica de policiacos, dijo a la AFP uno de los directivos del rotativo que prefirió guardar el anonimato por motivos de seguridad.

“Cuando había cosas fuertes como más de tres muertos, o que el ejército participaba en enfrentamientos, cateos o aseguraba narco cocinas (laboratorios clandestinos de drogas) le pedíamos (a Barajas) información y fotos”, dijo la fuente del Diario de Zamora.

Por su parte, Plácido Torres, secretario del fiscal de Michoacán, dijo a la AFP que la policía encontró los cadáveres en la cajuela de un automóvil de Barajas, abandonado en una carretera del municipio Ecuandureo, con “impactos de proyectil de arma de fuego en el cráneo” y el resto de los cuerpos descuartizados.

Plácido Torres dijo que hasta el momento, la fiscalía sólo ha confirmado que “eran fotógrafos ambulantes, es decir, que eran contratados para fiestas y que tomaban también fotos a turistas”, pero dijo que continuarán las investigaciones en torno a sus actividades profesionales.

El otro fallecido es José Antonio Aguilar Mota, de 26 años. Torres precisó que las dos víctimas vivían en la comunidad de La Estancia, de Ecuandureo, de unos 20.000 habitantes y que los cuerpos fueron encontrados en la carretera El Colesio-Tinaja de Vargas, de esa entidad.

El funcionario dijo que los familiares de las víctimas declararon que “el jueves ambos salieron de su casa para trabajar, pero ya no regresaron”.

México es considerado uno de los países más peligrosos para el ejercicio del periodismo, según han denunciado reiteradamente organizaciones internacionales defensoras de la libertad de expresión.

De acuerdo con cifras de la estatal Comisión Nacional de Derechos Humanos, desde 2000 han sido asesinados 82 periodistas, y con el asesinato de Barajas subiría a 83 esa cifra.