El activista político español que conducía el automóvil que se estrelló el domingo en Cuba, pereciendo el opositor cubano Oswaldo Payá, continuaba detenido este viernes a la espera de que la fiscalía resuelva si presenta o no cargos contra él, informó una fuente diplomática.

El español Angel Carromero, de 27 años, conducía el auto que chocó contra un árbol cerca de Bayamo (sureste de la isla), pereciendo Payá y otro cubano. Dos hijos de Payá, opositor al régimen comunista y Premio Sajarov del Parlamento Europeo 2002, cuestionaron la versión oficial de que se trató de un accidente y afirmaron que otro vehículo sacó al auto de la ruta.

“Estamos a la espera de que se pronuncie el fiscal. El chico (Carromero) sigue allá en el centro de detención de Bayamo”, declaró una fuente de la embajada de España a la AFP.

“Ayer (por el jueves) viajó a Bayamo el consejero de Interior, Vicente Cuesta, que lleva la interlocución (de la embajada) con el Minint”, el Ministerio del Interior cubano, para apoyar al cónsul español Alvaro Kirkpatrick, que está asesorando a Carromero.

Cuesta “ha ido a asistir al cónsul, estamos intentando traerlo (a Carromero) a La Habana”, explicó la fuente, que pidió reserva de su identidad.

En el auto rentado accidentado también viajaba el jefe de la rama juvenil del Partido Demócrata Cristiano de Suecia, Jens Aron Modig, de 27 años, quien permanece en un centro de migración en La Habana.

“Las autoridades cubanas no han podido decir exactamente cuándo (Modig) será autorizado a viajar de retorno a Suecia”, dijo a la AFP en Estocolmo la portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores, Katarina Axelsson.

Ninguno de los dos activistas europeos, que estaban en Cuba con visa de turismo, ha entregado su versión de los hechos a la prensa.

Estados Unidos exigió el miércoles una investigación “a fondo y transparente” de la muerte de Payá, un ferviente católico de 60 años, cuyo deceso también causó consternación en América Latina y Europa, incluido el Vaticano.

Payá alcanzó notoriedad en 2002, cuando en vísperas de la visita a la isla del ex presidente estadounidense Jimmy Carter (1977-1981) entregó al Parlamento cubano 11.020 firmas en respaldo a una iniciativa para cambios políticos, llamada “Proyecto Varela”, que fue desestimada por el gobierno comunista.