El presidente estadounidense Barack Obama prometió el miércoles, pocos días después de la masacre en un cine de Colorado que dejó 12 muertos y 58 heridos, seguir trabajando con “sentido común” para asegurar que personas mentalmente desequilibradas no tengan acceso a armas de fuego.

En declaraciones efectuadas cuando la nación aún digiere el trágico tiroteo registrado el viernes en un cine de Aurora, en las afueras de Denver (centro), Obama dijo que trabajará con los dos partidos en el Congreso para tratar de lograr un “consenso en torno a la reducción de la violencia”.

“Cada día, cada día y medio, perdemos a tantos jóvenes a causa de la violencia como la sufrida por las personas que murieron en este cine”, dijo.

Obama no mencionó medidas específicas, pero manifestó su voluntad de abordar la problemática derivada de las armas, sin prohibirlas totalmente.

“Yo, como la mayoría de los estadounidenses, creo que la Segunda Enmienda garantiza a los individuos el derecho a portar armas”, dijo ante la Convención de la Liga Urbana Nacional en Nueva Orleans, refiriéndose al artículo constitucional estadounidense que permite la posesión y porte de armas.

“Creo que reconocemos las tradiciones de la propiedad de armas que pasan de generación en generación. Que la caza y el tiro forman parte de un patrimonio nacional muy querido”, comenzó explicando Obama, para luego ir al meollo del asunto.

“Pero también creo que muchos de los propietarios de armas están de acuerdo en que los AK-47 pertenecen a manos de los soldados, no a las manos de los criminales. El hecho de que pertenecen al campo de batalla, de la guerra, no a las calles de nuestras ciudades”, sentenció el mandatario.

El presidente pidió una revisión de las leyes sobre armas en Estados Unidos tras el impacto de la tragedia de Aurora, en la cual quedó en evidencia que el sospechoso James Holmes (24 años) compró cuatro armas legalmente.

Durante ocho semanas, Holmes se abasteció a través de internet con 6.300 cartuchos de munición: 3.000 de calibre 0.233 para su rifle de asalto semiautomático AR-15, otros 3.000 para sus dos pistolas Glock y 300 cartuchos para una escopeta.

Holmes, un estudiante graduado y premiado con una beca especial del gobierno por sus estudios en neurociencia, también había comprado un cargador especial para su rifle AR-15 que le permitió disparar hasta 50 a 60 disparos por minuto.

Sin embargo es un tema espinoso para Obama de cara a las elecciones presidenciales de noviembre (donde buscará su reelección), por opositores poderosos en Washington como el lobby de las armas, liderado por la bien financiada Asociación Nacional del Rifle (NRA).

Varios campos de batalla claves en las elecciones de noviembre – Ohio, Pensilvania y Virginia, por ejemplo – tienen poblaciones que defienden vehementemente su derecho a portar armas de fuego.