Christophe Lemaitre es el único atleta que ha llevado al Olympique de Marsella a la final de la Liga de Campeones y logró fichar a Nicolas Anelka. Pero sólo en el mundo de los videojuegos, de los cuales el velocista es un gran aficionado.

Entre 2 entrevistas, Lemaitre aprovecha para jugar. Durante una conversación telefónica, continúa la partida. Mientras está concentrado en un juego, no para un segundo.

“Cuando tengo tiempo libre, lo dedico a los videojuegos”, señaló a la AFP el atleta francés con una sonrisa, “salvo por la noche, cuando no juego mucho para intentar dormir tranquilo, juego por la mañana y por la tarde”, admitió el velocista candidato a medalla olímpica.

A sus 22 años, Lemaitre es un videojugador que sabe administrar los tiempos para no perjudicar su dedicación al atletismo.

“Nunca juego el día en que tengo una competición. El día de la carrera yo estoy tranquilo. Lo dejo en la víspera”, añadió el esprinter francés.

Cuando puede dedicarse a los videojuegos, Lemaitre se convierte en entrenador de fútbol (Football Manager), en caballero (White Knight Chronicles 2), en guerrero (Dynasty Warriors: Gundam), en tirador de élite (Call of Duty) e incluso compite en lucha libre (Smackdown vs Raw 2011).

Aficionado al Olympique de Marsella, Lemaitre “evidentemente” es su entrenador ante la consola.

“Por supuesto que soy el entrenador del Marsella, no he elegido al París Saint-Germain en la última versión del juego a pesar de que tiene un montón de dinero”, añadió el atleta.

“He dirigido al equipo durante cinco temporadas y no he sido despedido, eso significa que lo hago bien. He ganado 3 veces la Ligue 1, tres la Copa de la Liga, una vez la Copa de Francia y he estado en la final de la Liga de Campeones”, relató orgulloso Lemaitre.

“Perdí la final de la Liga de Campeones 2016 con el Arsenal por 2-1, hubiera sido mi mayor triunfo”, comentó entre risas el atleta. Como en su carrera en el atletismo, Lemaitre gestiona los equipos de una manera seria, con los pies en la tierra.

Su pasión por ahora no es un problema para su entrenador Pierre Carraz.

“Si veo que hace las cosas mal, se lo haré ver, pero no es el caso. Es cierto que cansa un poco, pero es joven todavía”, explicó el veterano preparador de 72 años.