Con un llamado a no aislar, sino que fijar límites a los niños frente a las tecnologías interactivas a las que hoy están expuestos, la piscóloga de la Universidad San Sebastián, Patricia Villagrán, analizó los efectos que el uso de nuevos dispositivos electrónicos, como las tablets, pueden generar en el aprendizaje de los más pequeños de la casa.

Algunos estudios han demostrado que mientras más televisión ven los niños en sus años de formación, son más propensos a tener problemas de atención; y en en el caso de las tablets, ¿qué podríamos esperar de los niños que son expuestos a estos aparatos desde temprana edad?

“Más que la TV o el uso de las tablets sea negativa o positiva, lo que más influye es el contenido de ambas tecnologías. Existen programas de televisión tremendamente educativos e interactivos que también favorecen el aprendizaje. Lo cierto es que nuestros niños son nativos digitales, han nacido con tecnología y debiéramos aprender a utilizarla para nuestro beneficio, en vez de pensar ilusamente en que podremos aislarlos de ella”, sostuvo Villagrán.

Por ello, recomendó manejar y regular el uso de estas tecnologías interactivas en los niños desde que son pequeños,

“Hay investigaciones que señalan que un niño no debiera estar expuesto más de una hora y media diaria a ‘pantallas’, por lo tanto, debiera incluirse en esta lista todos los aparatos como televisores, PlayStation, Nintendo, PC, tablets y celulares”, indicó

No obstante, la psicóloga advirtió que este tipo de dispositivos genera un aislamiento entre padres e hijos en un espacio compartido común. “Me parece que, aunque sea más ruidoso y desordenado, sigue siendo mejor contar autos de colores, los perros en el camino o cantar en voz alta las canciones de la radio. Promover la interacción más que fomentar la pasividad”, opinó.

Respecto a si es una buena herramienta educativa, la experta de la USS indicó que debe utilizarse como una herramienta supervisada por el adulto, el que debe acompañar al niño y reforzar sus aciertos o corregir errores en el momento, magnificando los comentarios, adaptándolos a la edad del niño, al tipo de lenguaje o a su ritmo del aprendizaje.