El primer ministro saliente de Libia, Abdelrahim al Kib, predijo, en una entrevista con la AFP, un futuro radiante para los inversores extranjeros, en particular en el sector petrolero en donde toda la infraestructura debe ser reconstruida.

Según Al Kib, cuyo gabinete no tenía prerrogativas para firmar contratos mayores durante el período de transición, la infraestructura petrolera existente no permite aumentar sustancialmente la producción de hidrocarburos en Libia.

“El plan es el de rehacer todo, y el trabajo en la infraestructura de la industria petrolera y gasífera es un sector en el que debería haber varios proyectos (…) para que podamos aumentar los niveles de producción”, declaró expresándose en inglés.

El primer ministro precisó que la producción petrolera en Libia alcanzó su nivel de antes de la revolución de 2011, es decir unos 1,6 millones de barriles por día (mbd).

Según cifras de la Agencia Internacional de Energía (AIE), en junio Libia extrajo el equivalente a 1,41 millones de barriles por día. En enero de 2011, el mes anterior al comienzo de las protestas en el país, Libia extrajo 1,58 mbd, según cifras de la AIE y la producción cayó luego bruscamente para ser nula en agosto de ese año cuando el país llevaba meses de guerra civil.

El primer ministro saliente alentó asimismo a las compañías extranjeras a invertir en otros sectores de este país con las reservas comprobadas más importantes de África y que atravesó ocho meses de conflicto y un período de transición agitado que desembocó en elecciones legislativas cuyos resultados son esperados este viernes.

“Las oportunidades de inversión son evidentes: el turismo a lo largo de un litoral de 2000 km en el Mediterráneo, la industria del petróleo y gas, las compañías aéreas, la infraestructura, el sector de la salud, la educación”, indicó citando igualmente las tecnologías de comunicación y la educación.

“Les garantizo que sea cual fuere el sector en el que piensa, hay muchos proyectos para llevar a cabo”, agregó Al Kib.

El jefe de gobierno subrayó además que Libia se orientó hacia “el conocimiento y una economía de mercado en la que la corrupción será reducida”, y que prevé un “rol mayor” del sector privado para desarrollar al país y generar empleos.

“Libia sorprenderá al mundo”, estimó.

Al Kib, que cederá su cargo en las próximas semanas, estimó que la organización el 7 de julio de las primeras elecciones después de décadas era el logro más importante de su gobierno desde que asumió a fines de octubre.

Según los resultados preliminares, los liberales parecen en buena posición para imponerse frente a los islamistas.

“Pienso que los moderados se impondrán, porque es la naturaleza de la sociedad libia”, declaró Al Kib.

El primer ministro saliente, ingeniero de profesión, fue designado a fines de octubre por el Consejo Nacional de Transición (CNT, en el poder) en su actual cargo con la misión de formar un gobierno interino.

Sucedió a Mahmud Jibril, uno de los impulsores de la revolución libia en 2011 que hoy está al frente de la Alianza de Fuerzas Nacionales (AFN, liberal) que se hizo con la mayoría de los 80 escaños reservados a los partidos políticos en la futura asamblea.

Para garantizarse una mayoría la AFN compite con los islamistas para forjar alianzas con los candidatos independientes elegidos en el marco de unos comicios uninominales que abarcan los restantes 120 escaños.

Al Kib agregó que terminaba su misión “sin arrepentimiento” pero agregó que sacó “muchas lecciones” de este período ensangrentado por los enfrentamientos.

El gobierno tuvo que enfrentar “las elevadas expectativas de una población que sale de 42 años de dictadura”, subrayó.

Su gobierno fracasó en contener las tensiones entre tribus y en desarmar a la población. Tardó asimismo en reactivar la justicia, a pesar del reciente comienzo de unos juicios contra responsables del ex régimen de Muamar Gadafi.