Los responsables de Ennahda, el partido islamista en el poder en Túnez, hicieron este jueves un llamamiento al consenso en su primer gran congreso desde 1988, en un intento de frenar los temores de un posible giro autoritario de un movimiento que se define como moderado.
“Este congreso es el de la unión del pueblo tunecino. Somos un pueblo unido”, dijo el jefe del partido, Rached Ghanuchi ante un numeroso grupo de partidarios.
“Quiero tranquilizar al pueblo, el país está en buenas manos. Este país necesita un consenso nacional”, añadió en la apertura del congreso, que se celebra hasta el domingo en Kram, en las afueras de Túnez.
El líder de Ennahda calificó de “normales” tras una revolución los problemas de Túnez y las tensiones dentro de la coalición gubernamental entre su partido y dos formaciones de centro-izquierda, el Congreso para la República (CPR) y Ettakatol.
El presidente de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) y jefe de Ettakatol, Mustafá Ben Jafaar, había dicho por su parte que hay que luchar contra todo tipo de dictadura, en particular contra aquellas basadas en la religión.
El primer ministro Hamadi Jebali, de Ennahda, prometió comprometerse con la democracia y los derechos humanos y buscar un consenso dentro de la coalición en el poder.
“Hay que reforzar el criterio cívico del movimiento (Ennahda) y su apego a la libertad, a los avances de la sociedad y a la defensa de la identidad y la referencia islámica”, añadió.
Temor a un giro autoritario
La oposición teme un giro autoritario del partido islamista, sobre todo después de la decisión del gobierno de extraditar al ex primer ministro libio Al Baghdadi Al Mahmudi a pesar de la oposición del presidente del país, Moncef Marzuki.
El organismo encargado de reformar el sector de los medios de comunicación para garantizar su independencia acusó por su parte al gobierno de utilizar “instrumentos de desinformación y de censura”.
El partido islamista, también criticado por su falta de mano dura contra el movimiento salafista, renunció sin embargo a inscribir la sharia en la futura Constitución cuyo contenido, que se está redactando, provoca grandes divergencias dentro de la coalición gubernamental.
Ennahda, el mayor partido político de Túnez, fue violentamente reprimido por el presidente Zine el Abidin Ben Alí, que fue expulsado tras la revolución de 2011.
El congreso de este fin se semana, en el que participarán entre 25.000 y 30.000 personas, es el primero que se hace en público y no en la clandestinidad.
El viernes y el sábado los miles de delegados presentes debatirán sobre mociones – cuyo contenido no se dio a conocer a la prensa con el objetivo de conciliar las posiciones de moderados y radicales.
El domingo, los delegados se pronunciarán sobre las mociones, que guiarán la estrategia política del partido, su posición en sus alianzas, su orientación sobre los problemas sociales y determinarán su organización interna.
También tendrán que elegir la dirección del movimiento que, salvo sorpresa de última hora, tendría que conservar Rached Ghanuchi.
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