La central obrera Confederación General del Trabajo (CGT, peronista) se encamina a una fractura al ser convocado este martes un congreso de gremios en octubre afines a la presidenta Cristina Fernández, en desafío al sector de sindicatos opositores, que hará uno separado.

“Haremos nuestro congreso de la CGT el 3 de octubre. Esto se rompe (la central). Ya está partida (la confederación)”, anunció el líder del sector gremial progubernamental y jefe de los metalúrgicos, Antonio Caló, en declaraciones radiales.

Los gremios antigubernamentales alineados con Hugo Moyano, líder del sindicato de camioneros y de la CGT desde hace ocho años, harán un congreso por separado este jueves, pese a que fueron instados a suspenderlo por el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, quien les negó legitimidad.

Las organizaciones sindicales afines a Fernández habían impugnado ante el Ministerio de Trabajo la convocatoria que hizo Moyano para la celebración del congreso de la central, que reúne a unos ocho millones de trabajadores.

Moyano, ex aliado de Fernández, encabezó hace tres semanas una movilización opositora frente a la Casa de Gobierno, luego de que activistas de su gremio bloquearon plantas de gas y gasolina, lo que provocó un serio desabastecimiento.

El líder de la CGT había sido un puntal del gobierno del fallecido ex presidente Néstor Kirchner (2003-2007), y del primer mandato de su esposa y actual mandataria (2007-2011, reelegida hasta 2015), pero se alejó del Ejecutivo con el argumento de que el gobierno aplica ahora políticas contrarias a los trabajadores.