La Duma (cámara baja del Parlamento ruso) ratificó el martes el protocolo de adhesión de Rusia a la Organización Mundial del Comercio (OMC), una etapa histórica que pone fin a 18 años de difíciles negociaciones.

El texto, que ha contado sobre todo con la oposición de los diputados comunistas, recibió 238 votos a favor, 208 en contra y una abstención.

Sólo los diputados del partido en el poder, Rusia Unida, que dispone de la mayoría absoluta con 238 de los 450 escaños de la Duma, votaron a favor de la ratificación.

Incluso el diputado oficialista Alexei Pushkov ha reconocido que la votación era arriesgada.

“Adherirse a la OMC es como saltar al agua helada”, escribió en Twitter. “Si se flota, se gana en salud, si la corriente nos lleva, eso significa que no había que saltar”, ilustró.

Las otras formaciones representadas en la Duma habían anunciado que iban a votar en contra, alegando que numerosas empresas rusas van a quebrar debido a la competencia extranjera.

Medio centenar de miembros del Partido Comunista se congregaron frente a la Duma al inicio de los debates parlamentarios, enarbolando pancartas con mensajes como “La entrada en la OMC es el camino al abismo” o la “OMC va a estrangular a Rusia”.

Al inicio de los debates, el ministro ruso de Desarrollo Económico, Andrei Belusov, exhortó a los diputados a tomar una decisión “sumamente importante” ratificando el texto.

Según el ministro, la adhesión a la OMC garantizará la “estabilidad del comercio exterior” y hará el mercado más previsible para los productores rusos y extranjeros. Esto debe permitir, agregó, atraer inversiones extranjeras, necesarias para modernizar la economía rusa.

La integración de Rusia en la OMC la obliga a bajar los aranceles, que pasarán, según Belusov, de un promedio de 9,5% actualmente a cerca del 6% para 2015. Una medida que estimulará la competencia al ofrecer a los productores extranjeros un mejor acceso al mercado ruso, según el gobierno.

Los detractores del proyecto temen, no obstante, que los extranjeros inunden el mercado con productos baratos, condenando a muerte a muchas industrias heredadas de la época soviética.

“¿Qué quiere Rusia además de satisfacer la vanidad de sus dirigentes actuales?”, preguntó el comunista Serguei Reshulski. “No tenemos nada que vender aparte de armas y abono”, dijo.

De hecho criticó la reducción de subvenciones del Estado, en particular en la agricultura, donde pasarán de 9.000 millones de rublos (222 millones de euros) a 4.400 millones para 2018 (108 millones de euros). “¿Quién duda todavía del hecho de que es un programa de destrucción de la agricultura?”, espetó.

Belusov reconoció que algunos sectores pueden sucumbir por esta adhesión, pero recordó que el gobierno ha tomado medidas para apoyar a las empresas rusas.

El Partido Comunista y Rusia Justa (centro izquierda) recurrieron al Tribunal Constitucional para tratar de bloquear la ratificación del protocolo pero la demanda fue desestimada el lunes.

El titular de Comercio Exterior de Estados Unidos, Ron Kirk, ha saludado el voto de la Duma.

Tras asegurar que la integración de Rusia ofrecerá a Estados Unidos “nuevas oportunidades”, instó al Congreso estadounidense a que derogue la Enmienda Jackson-Vanik, una reliquia legislativa de la Guerra Fría que frena las exportaciones a Rusia.

Rusia, última gran potencia que estaba fuera de la OMC, logró en diciembre pasado la luz verde de los países miembros de la organización para su adhesión, poniendo fin a 18 años de difíciles negociaciones.

El texto debe ser aprobado ahora por el Consejo de la Federación (Cámara alta) antes de ser firmado por el presidente Vladimir Putin, para entrar en vigor 30 días después.