La vía de un proyecto de ley podría remediar el escenario injusto que permite que grandes empresas paguen patentes exiguas e irrisorias, frente a pequeños y medianos empresarios que deben pagar la totalidad de ellas, aseguró el alcalde de Valdivia Bernardo Berger.

El edil hizo de paso un llamado al mundo parlamentario a impulsar una modificación legislativa que “equilibre la disparidad que se produce, en que las empresas pequeñas y medianas terminan pagando proporcionalmente más que las grandes por sus patentes, debido a la franquicia de la rebaja de inversiones que hoy en día tienen las grandes empresas”.

El problema salió a la luz a raíz del artículo 2 Nº3 de la ley 20.280 que remplazó a su símil de la ley 3.063 de Rentas Municipales. En ese nuevo escenario, son ahora los municipios quienes deben certificar la efectividad de una inversión.

El timonel de la municipalidad, que hasta hace un tiempo fue además presidente de la comisión de financiamiento de la Asociación Chilena de Municipalidades, entregó una serie de medidas que podrían ayudar a corregir el problema que se genera actualmente, y que en todos los casos pasan por proyectos de ley.

“Creemos que una forma de remediar este vacío legal y reparar el trato injusto que provoca es modificando el articulo 24 de la ley de rentas, precisando que los contribuyentes podrán rebajar aquella parte que se encuentre invertida en otros negocios o empresas, siempre y cuando la inversión efectivamente pague patente municipal”. De no ser así, no se debiera realizar la rebaja de inversión”, advirtió Berger.

Además, propuso establecer un monto mínimo de patente a pagar por sucursal y cambiar el sistema por el cual se distribuye el capital, actualmente ello se hace de acuerdo al número de trabajadores por sucursal, e incluir en el cálculo las externalidades o impactos que produce en la región donde se inserta.

Otra medida pertinente es revisar y diferenciar la situación de empresas sin fines de lucro -por tanto exentas de pago de patentes-, pero que sin embargo generan altas utilidades, tales como las cajas de compensación y las universidades privadas, entre otras.

También , aumentar el techo máximo de las 8 mil UTM por patente, lo que significaría dejar un mayor capital afecto en el caso de las empresas inversoras; y exigir mecanismos compensatorios -dentro o fuera del valor de la patente- a los sectores primarios que hoy en día están exentos de su pago, pero que sin embargo producen impactos altamente negativos en regiones.