El esposo de una mujer china cuyo aborto forzoso en una provincia del país asiático provocó indignación viajó rumbo a Pekín y está trabajando con abogados para reclamar una indemnización, afirmó el lunes un activista chino en derechos humanos exiliado en Estados Unidos.

Las autoridades chinas, que restringen a la mayoría de las familias el derecho a tener más de un hijo en función de la llamada “política del hijo único”, obligaron en junio a Feng Jianmei, con siete meses de embarazo, a someterse a un aborto en la provincia norteña de Shaanxi, mientras su marido, Deng Jiyuan, estaba fuera de la casa trabajando.

La mujer había sido forzada a abortar luego de que las autoridades de planificación familiar le fijaran una multa que Feng no estaba en condiciones de pagar.

Mientras los activistas dicen que estos casos son comúnes, el de Feng recibió una atención particular por la difusión en internet de fotografías de la mujer junto al feto ensangrentado.

Medios de comunicación estatales informaron -algo poco habitual- sobre el caso y aseguraron que varios funcionarios habían sido castigados.

Más tarde se reportó la desaparición de Deng Jiyuan, pero Bob Fu, fundador de la asociación cristiana ChinaAid, sostuvo en Washington que el esposo de Feng estaba en viaje rumbo a Pekín.

Un abogado que representa a Deng envió una carta a las autoridades en Shaanxi el fin de semana para solicitar una investigación y la concesión de una indemnización, informó Fu –que vive en el exilio en Estados Unidos– ante una audiencia especial del Congreso en Washington.

“La tragedia de Feng Jianmei se repite cientos y miles de veces cada día en China”, señaló el Comité de Relaciones Exteriores del Congreso.