Un llamado a generar políticas de prevención permanente en materia de abuso sexual para proteger a los niños, niñas y adolescentes de este tipo de situaciones, realizó el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia frente a la ola de denuncias que se han conocido en estas últimas semanas.

En opinión de la Unicef, la mejor manera de garantizar la protección de los derechos de los niños en este ámbito, es contar con políticas de prevención permanente en el sector educativo que promuevan el autocuidado, información hacia los padres, definición de procedimientos a seguir en caso de detección de algún caso y mayor educación sexual.

Asimismo, el organismo internacional destacó como un elemento relevante la formación de capacidades en los niños y niñas, las que les permitan poner límites en sus relaciones con los adultos y denunciar situaciones anómalas.

“Es muy importante desarrollar en los niños y niñas la capacidad para distinguir comportamientos abusivos de parte de los adultos, para que sean capaces de diferenciar cuándo un secreto debe ser contado y cuándo pedir ayuda”, explicó Soledad Larraín, encargada del área de protección de Unicef y especialista en abuso sexual y maltrato infantil.

La especialista de Unicef también explicó que la comunidad educativa tiene un rol muy importante en la protección de los menores frente a este tipo de situaciones.

“Los profesores y profesionales que trabajan en los establecimientos educaciones tienen una gran responsabilidad por la relación que establecen con los alumnos y alumnas”, indicó Larraín.

Asimismo, la profesional reiteró la necesidad escuchar a los niños y niñas y creer en sus testimonios. “Es muy difícil que un niño relate una historia en este ámbito sobre una experiencia que no ha vivido”, dijo.

El abuso sexual a niños, niñas y adolescentes es un delito y una forma grave de maltrato, el que produce severas consecuencias en la vida de las víctimas en diferentes ámbitos.

Es importante tener presente que el abuso sexual puede ocurrir con o sin contacto físico, mediante conductas que van desde provocaciones verbales hasta violencia con penetración anal, vaginal o bucal.

El abuso sexual afecta el desarrollo integral de un niño o niña a nivel físico y social. El nivel y tipo de daño varía considerablemente de un caso a otro, según una serie de factores, como edad de la víctima, duración y frecuencia del abuso, vínculo con el abusador, reacción del entorno inmediato ante la revelación.

Existen diferentes factores de protección que disminuyen la ocurrencia de abusos sexuales. Entre ellos están el desarrollo de una buena autoestima, valoración de su cuerpo, buena comunicación con los padres, enseñarles a expresar sus sentimientos y a comunicar lo que les sucede en su mundo interno, respetar sus propios límites y no obligarlos a transgredirlos y entregarles información sobre sexualidad.