La experta en prevención de riesgos de la Mutual de Seguridad CChC, Paula Zapapa, afirmó que la exposición constante a las bajas temperaturas puede desencadenar lo que se conoce como el ‘estrés por frío’, a saber, lesiones o efectos contra la salud, que pueden ir “desde el entumecimiento y los escalofríos, hasta el congelamiento y la hipotermia”.

Agregó que estas situaciones pueden aumentar las probabilidades de ocurrencia de accidentes entre los trabajadores -sobre todo si se manipulan herramientas-, ya que “el frío produce escalofríos, torpeza en los movimientos y pérdida de sensibilidad”.

Es que trabajar en estas condiciones puede “provocar que las personas estén más propensas a contraer enfermedades de invierno -como resfríos, gripes, faringitis, bronquitis y neumonías- o, al mismo tiempo, sufrir estados mentales de incomodidad o desagrado que pueden terminar afectando su correcto desempeño laboral”, manifestó Zapapa.

De esta manera, aunque la preocupación debe ser general, “debe tenerse especial cuidado con aquellos trabajadores que realizan sus labores al aire libre y que, por lo mismo, están expuestos al frío ambiental directamente, como en la minería, la agricultura, la construcción y algunos servicios, entre otros”, enfatizó la experta.

La experta en prevención aconsejó recurrir a fuentes de calefacción -termo ventiladores,

estufas a gas, estufas eléctricas, entre otros- que no generen elementos contaminantes y asegurándose que siempre existan condiciones de ventilación adecuadas.

Lo mismo con las corrientes de aire y las lluvias, por lo que cualquier filtración debe ser reparada para no exponer a los trabajadores a alguna enfermedad.

Adicionalmente, los trabajadores deben contar con ropa de trabajo adecuada a las condiciones ambientales en la que desarrollarán su labor. Si es obligación el uso de uniformes, el empleador debe facilitar cortavientos, parkas, abrigos y overoles, entre otros, que sean adecuados. Idealmente, toda la ropa debe estar dispuesta en capas de ropa, lo que permitirá mantener el calor y evitar la evaporación del sudor, que facilita el enfriamiento del cuerpo, dijo Zapapa.

De ser necesario, también es recomendable el uso de guantes, gorros y bufandas, que eviten la pérdida de calor y un enfriamiento localizado. Si una persona trabaja al aire libre, su calzado debe ser adecuado también. Lo recomendable es que se utilice un calzado resistente al agua y que cuente con suela antideslizante.

Esto debe acompañarse del uso de calcetines adecuados, idealmente de lana. Con todo, lo aconsejable es mantener a los trabajadores secos en caso de lluvia, ya que el agua y la humedad enfrían el cuerpo 25 veces más rápido que en condiciones normales.

Ingerir líquidos calientes a lo largo de la jornada laboral también es un aliado para mantener el calor, por lo que se aconseja disponer de bebidas como agua, té o café a los trabajadores o bien, que ellos cuenten con un espacio donde puedan prepararlas o acceder a ellas.

Si se sabe que la ropa de ciertos trabajadores puede tender a humedecerse, lo ideal es que ellos cuenten con una muda de ropa para el día. Esto evitará un congelamiento, agregó la experta.