El Consejo de Derechos Humanos de la ONU adoptó el viernes una nueva resolución muy crítica hacia Damasco, pero llama a todas las partes a detener la violencia e insiste en la necesidad de llevar a cabo una verdadera investigación internacional sobre los crímenes cometidos por todas las partes.

“Es un mensaje del Consejo para las víctimas de esta crisis que continúa y se profundiza”, declaró la presidenta del Consejo, Laura Dupuy Lasserre, en un punto de prensa luego del voto.

“Adoptar la resolución es una forma de mostrar nuestra solidaridad hacia el pueblo sirio”, declaró la representante estadounidense ante el Consejo, Eileen Chamberlain Donahoe.

El último día de la sesión de verano del Consejo, este órgano de la ONU procedió a pedido de Rusia al voto de la resolución, propuesta por Estados Unidos y Turquía, que fue adoptada por 41 votos a favor y 3 en contra (Rusia, China y Cuba), mientras que 3 países se abstuvieron (Uganda, Filipinas e India).

Los 47 Estados miembro del Consejo rechazaron en cambio una enmienda propuesta por Rusia que quería que la resolución “condene firmemente todos los actos de terrorismo en Siria”.

La resolución celebra el resultado de la reunión internacional del 30 de junio en Ginebra que permitió a los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, a Turquía y a los países presentes en nombre de la Liga Árabe, ponerse de acuerdo sobre los principios de una transición política propuesta por el mediador internacional Kofi Annan, incluida la formación de un gobierno de transición con miembros del actual poder y de la oposición.

El texto condena “la violación flagrante, generalizada y sistemática de los derechos humanos en Siria”, así como los crímenes cometidos por los milicianos del régimen y el hecho de que las autoridades apunten “indiscriminadamente a los civiles”.

La resolución pide a todas las partes que cese la violencia bajo todas sus formas y deplora “las consecuencias alarmantes en los derechos humanos la falta de implementación del plan de seis puntos” de Kofi Annan.

Pide la aplicación del plan del emisario internacional sin condiciones previas e insiste también en la necesidad de investigar las violaciones para llevar a la justicia a los responsables, que podrían ser acusados “de crímenes contra la humanidad”.

En su discurso de presentación de la resolución, Chamberlain criticó directamente al presidente Bashar al Asad, lamentando que “el régimen de Asad lleve adelante una brutal campaña de violencia contra su población”.

Desde el comienzo de la revuelta en Siria en marzo de 2011, los 47 Estados miembro del Consejo votaron, en vano, varias resoluciones para denunciar las violaciones a los derechos humanos en Siria y pedir una investigación internacional independiente.

En agosto la ONU dio mandato a una comisión internacional independiente, pero hasta ahora no tuvo la autorización de ingresar a Siria. Sólo el presidente de la comisión, el brasileño Paulo Sergio Pinheiro, recibió a título personal un visado y pudo entrevistarse con diversos altos dirigentes sirios el 23 y 25 de junio.