Los ex dictadores argentinos Jorge Videla y Reynaldo Bignone esperan este jueves el veredicto en el juicio en el que se investigó la existencia de un plan sistemático de robo de bebés de opositoras desaparecidas, uno de los delitos más graves cometidos en la dictadura (1976/83).

“Hemos presentado pruebas que demuestran que apropiarse de los niños nacidos en el cautiverio de sus madres fue una decisión de los represores”, dijo a la AFP Estela de Carlotto, presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo.

En la causa, iniciada hace casi un año y medio y por la que pasó un centenar de testigos, además de Videla (86 años) y Bignone (84) está acusado Jorge “el Tigre” Acosta, jefe de la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma), el más emblemático campo de concentración de la dictadura.

También aguardan el fallo el ex jefe de la Marina Rubén Franco y el ex subcomandante de esa fuerza militar, Antonio Vañek, como parte de un grupo de 11 acusados en total.

Las mayores penas solicitadas por la querella y la fiscalía son de 50 años, contra Videla, Bignone, Acosta, Franco y Vañek.

Unos 500 niños fueron robados por militares, policías o allegados durante la dictadura, según la entidad humanitaria Abuelas de Plaza de Mayo, cuya labor ha permitido que 105 de ellos hayan recuperado su identidad.

Videla, quien luego de ser condenado a cárcel perpetua en el histórico juicio a las juntas de 1985 fue indultado en 1990, volvió a ser detenido en 1998 por esta causa.

En 2010, el ex dictador (1976-1981) recibió su segunda condena a prisión perpetua por crímenes de lesa humanidad. El último dictador, Bignone (1982-1983), fue condenado a prisión perpetua en 2011.

Durante la dictadura unas 30.000 personas fueron desaparecidas, según entidades humanitarias.

Un antecedente de robo masivo de bebés se produjo en España, donde durante la dictadura franquista (1939-1975) y hasta finales de los años 80 unos 300.000 recién nacidos podrían haber sido apropiados, según la entidad humanitaria Anadir.