El enviado especial de la ONU, Kofi Annan, logró convocar para el sábado en Ginebra una primera reunión de un “grupo de acción sobre Siria”, pero ahora le queda por hacer lo más difícil: conseguir un acuerdo mínimo en torno a un plan de transición democrática que supere las profundas diferencias que existen entre participantes y protagonistas.

Las posibilidades de éxito de la conferencia dependían en parte de la reunión que celebraron esta noche en San Petersburgo la secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton y el ministro ruso de Relaciones Exteriores Serguei Lavrov.

Al cabo de este encuentro, Lavrov estimó que hay “muy buenas posibilidades de encontrar un denominador común y dar un paso adelante”.

“Las discusiones preparatorias (…) seguirán el sábado a nivel ministerial”, dijo el portavoz de Annan, Ahmad Fawzi, en la tarde del viernes, confirmando así esta reunión que se temía no tuviera lugar por las divergencias entre Rusia y los países occidentales.

Varios ministros de Relaciones Exteriores –entre ellos los de Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña– habían amenazado con desistir de ir a Ginebra si la reunión corría el riesgo de no adoptar el plan.

Rusia, aliado de Damasco, había objetado el plan de transición propuesto por Annan, el enviado especial de la ONU y la Liga árabe para Siria.

Este plan prevé la instauración de un gobierno provisorio de unión nacional, del cual podría ser excluidos algunos responsables del gobierno sirio actual.

El equipo de Annan, sometido a intensas presiones, optó por la discreción para no perjudicar las múltiples negociaciones en curso.

El objetivo sigue siendo la aplicación del plan de seis puntos adoptado por el Consejo de Seguridad de la ONU, que por ahora ha quedado en la nada, comenzando por un cese efectivo de la violencia, indicó una fuente diplomática en Ginebra.

Al mismo tiempo es necesario un acuerdo sobre las grandes etapas para la transición política que deben llevar adelante los sirios, agregó esa fuente.

Hay grandes diferencias y cuestiones importantes siguen sin solución, pero no hay “nada más sobre la mesa”, dijo el diplomático, refiriéndose a ese plan que busca poner fin a 15 meses de una violencia que causó 15.000 muertos.

“Nos pusimos de acuerdo para hallar puntos en común que estén basados en el hecho de que las partes sirias deben ser alentadas al diálogo nacional, pero que las decisiones sobre el futuro del Estado y la atribución de los puestos y las responsabilidades sólo pueden ser decididas por los mismos sirios”, agregó Lavrov.

“Sentí una evolución en la posición de mi colega Hillary Clinton. No había un ultimátum, ni una palabra sobre el hecho de que el documento en discusión en Ginebra era intocable”, dijo Lavrov luego de reunirse con Clinton en referencia a las afirmaciones que sugieren que el presidente sirio Bashar al Asad no tendría en el futuro ningún rol.

El documento que Kofi Annan presentará en Ginebra prevé un gobierno de transición que incluya a miembros del gobierno actual y de la oposición y excluya a figuras actuales del poder capaces de afectar la credibilidad de la transición.

Algunos diplomático sugirieron que esa cláusula implicara la partida del presidente Bashar al Asad. “Para nosotros el documento de Annan debe ser un punto de llegada para las discusiones de Ginebra, mientras que los rusos consideran que es un punto de partida”, explicó un diplomático occidental.

Los protagonistas del conflicto no participan por el momento en la reunión de Ginebra. En una entrevista para la televisión iraní, el presidente Asad volvió a acusar a los occidentales de apoyar a la rebelión en Siria y reiteró su apoyo al plan de Annan.

La principal coalición de la oposición siria se negó por su parte a participar en cualquier gobierno antes de que Asad abandone el poder.