Profesionales de salud de la Universidad Católica alertaron sobre los hábitos alimenticios sugeridos por determinadas dietas, para rebajar de peso de la población, como la del genotipo, porque si bien funcionan a corto plazo, en el futuro puede acarrear serios problemas de salud, ya que puede producir carencias nutricionales y no generar cambios saludables.

El nutriólogo del Departamento de Nutrición y Diabetes UC, Alberto Maiz y su colega, Andrea Valenzuela, coincidieron que cada cierto tiempo aparece una dieta de moda que promete a las personas lograr el ansiado objetivo de bajar de peso y mantenerse saludable.

Manifestaron que a la dieta de Atkins, de la zona, la de la sopa, la de la luna, se les sumó hace un par de años la dieta del Genotipo.

“Este régimen se basa en el estudio de los genes de cada paciente y a partir de los resultados obtenidos, se clasifica a las personas en uno de los 6 genotipos existentes: cazador, recolector, profesor, explorador, guerrero y nómade. Cada genotipo, considera el grupo de sangre, la respuesta al ambiente, la influencia de hormonas y estrés durante el desarrollo prenatal además de la información genética heredada de nuestros padres y antepasados.

De acuerdo a esta clasificación, se entrega una pauta con las indicaciones de qué alimento consumir y cuáles no, según el tipo genético y sanguíneo. Es así como las personas del genotipo “cazador” no deberían consumir harinas y leche o el “guerrero” debe eliminar de su dieta las carnes y mantequilla.

“El gran problema con este tipo de dietas es que su carácter restrictivo (privarse de cierto tipo de alimentos) puede traer serios problemas a largo plazo. Puede tener argumentos científicos discutibles, pero aún estamos muy lejos de precisar exactamente cómo influye la genética en la utilización de los distintos nutrientes. No existen publicaciones científicas que sustenten la indicación de la dieta del genotipo y tampoco hay resultados que hayan demostrado su efectividad a largo plazo”, explicó Alberto Maiz.

“Los pacientes están cambiando de hábitos saludables de alimentación por otros que no lo son. Por ejemplo, dejar de comer lácteos, legumbres o frutas. Eso no es crear hábitos saludables en la población”, expresó el nutriólogo.

Agregó que los pacientes que suprimen ciertos alimentos pueden tener a largo plazo problemas por carencia de nutrientes tales como hierro (produciendo anemia), falta de calcio en los huesos y deficiencias de vitaminas entre otros.

La mayoría de las personas que optan por estos regímenes efectivamente ven resultados rápidos, “porque se trata de dietas restrictivas que favorecen la baja de peso por la supresión de ciertos alimentos más que por lo saludables o balanceadas que puedan ser. Es obvio que se baje de peso así”, agregó por su parte, Andrea Valenzuela.