En un escándalo que crece, la Junta Nacional de Bomberos de Chile enfrenta una demanda en Santiago por ilegalidad y graves irregularidades en la licitación para comprar un carrobombas por un valor del orden de los 100 millones de dólares.

La licitación se la adjudicaron los mismos de siempre que vendieron 9 de cada 10 de las 2.800 máquinas de la institución. Coincidencia o no, las acusaciones se hicieron públicas el mismo fin de semana en que 30 directivos regionales eligieron a las seis autoridades bomberiles de más alto rango.

La nueva Junta Nacional recibirá, este año, casi 21.000 millones de pesos asignados por la Ley de Presupuesto de la Nación, de los cuales 1.461 millones son para el funcionamiento de la Junta y, este año, el monto del alza para gastos propios se reajustó en un 125% para profesionalizarse, se dijo.

Estos temas son discutidos, en voz baja, en el interior de los Cuerpos de Bomberos y el debate se acentuó luego de publicaciones de “Qué Pasa” y Ciper Chile que agregaron más leña al fuego, con declaraciones de Octavio Hinzpeter, presidente desde 1970 hasta el 2006.

A la Junta nadie nadie puede fiscalizarla, sostuvo quien fuera su máximo líder durante 36 años, y que perdió una elección el 2006 que ganó el abogado penquista Miguel Reyes, quien encabeza la entidad desde la fecha. Reyes también hizo una fuerte declaración: “Tenemos dirigentes a los que les crecen las uñitas, no rinden cuentas y se van con la platita”.

Presidente, secretario y tesorero de la actual Junta Nacional no cobran un peso y, ahora, desde que asumió Miguel Reyes en reemplazo de Octavio Hinzpeter se terminó la adjudicación de carrobombas por votos