El presidente ruso Vladimir Putin, confrontado a una impugnación sin precedentes desde hace seis meses, declaró este jueves que Rusia debía hallar su propio modelo democrático, evitando los cambios “peligrosos” y garantizando la continuidad del poder.

“La sed de cambio es evidentemente un motor de progreso. Pero esto se vuelve contraproducente e incluso peligroso si lleva a la destrucción de la paz social y del propio Estado”, estimó en su discurso de apertura del Foro Económico de San Petersburgo (noroeste de Rusia).

“Debemos preparar una fórmula aceptable para la mayoría de los ciudadanos rusos (…) un modelo nacional de democracia y desarrollo que funcione de forma eficaz en nuestras condiciones”, añadió Putin.

“Todo el mundo debe comprender lo que puede y debe mejorarse, y qué valores e instituciones -constituyentes del Estado- son fundamentales y no están sujetas a ningún tipo de cambio”, agregó.

Es la primera vez que Putin se expresa ante inversores desde su llegada al Kremlin en mayo. En 2008 se vio obligado a abandonar la presidencia por la imposibilidad de ejercer más de dos mandatos consecutivos en el Kremlin, y asumió durante cuatro años el cargo de primer ministro.

Pero se enfrenta a una ola de contestación sin precedentes a raíz de fraudes masivos en las legislativas y las presidenciales, y por el anuncio de una permuta de cargos con Dimitri Medvedev, que le cedió la candidatura a la presidencia y pasó a ser jefe de gobierno.

Las autoridades rusas incrementaron recientemente la presión sobre los contestatarios, promulgando una ley que sanciona a los manifestantes y abriendo investigaciones sobre los dirigentes de la oposición por “alteración masiva del orden público”.

“Todos aquellos, e insisto, todos aquellos que quieran entrar en política o se consideren políticos deben expresar su posición únicamente en el marco de la ley”, recalcó Putin.