El filósofo francés Roger Garaudy, fallecido el miércoles a los 98 años de edad, fue una figura de los intelectuales comunistas hasta su exclusión del PCF en 1970; y director del Instituto Internacional por el Diálogo de las Culturas, antes de optar por el negacionismo.

Autor de libro “Los mitos fundadores de la política israelí” (1996), fue condenado en 1998 por negar crímenes contra la humanidad, tras haber desatado una enorme polémica al invocar públicamente el apoyo del abate Pierre, el sacerdote fundador de la comunidad Compañeros de Emaús que fue en vida la personalidad más admirada y respetada por los franceses.

Garaudy nació en Marsella el 17 de julio de 1913. Profesor de filosofía y doctor en letras, adhirió al Partido Comunista francés en 1933. Durante la Segunda Guerra Mundial, fue detenido en 1940 por el régimen colaboracionista de Vichy e internado en un campo de concentración en Argelia.

En 1945 pasó a formar parte del comité central del PC francés, y en 1956 del buró político.

Electo diputado, formó parte de las dos Asambleas Constituyentes de posguerra (1945-46) y de la primera Asamblea Nacional, la Cámara Baja del Parlamento francés (1946-51).

Enseñó filosofía en diversas ciudadades de Francia a fines de los años 50, y durante los años 60. Fue profesor de letras en la universidad de Clermont-Ferrand (1962-65) y catedrático en la de Poitiers (1969-73).

Entre tanto, dirigía publicaciones comunistas y el Centro de Estudios de Investigaciones marxistas (1960-70). Después de roces por sus posiciones, desató la ira de los dirigentes comunistas con la publicación de sus libros “El gran giro del socialismo” (1969) y “Toda la verad” (1970).

Tras denunciar la situación en Checoslovaquia y calificar al líder comunista francés de “enterrador del PC”, fue excluido del partido en mayo de 1970.

En 1982 se convirtió al islam.

Autor de numerosas obras, Garaudy fue galardonado con el premio Deux Magots por su “Llamado a los vivos” (1979). En 1989 publicó sus memorias.