La Federación Internacional de Fútbol (FIFA) celebrará el jueves y el viernes en Budapest su Congreso con el objetivo de terminar definitivamente con los casos de corrupción surgidos en los últimos años y para lo que reformará sus estatutos.

El Congreso de 2011 estuvo marcado por la presunta implicación del presidente del organismo, el suizo Joseph Blatter, en un caso de fraude electoral en su reelección, aunque finalmente el Comité de Ética aprobó la votación.

A finales de abril, un informe de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (ACPE) acusó a la FIFA de “mala conducta” debido al ‘caso ISL’, nombre de la empresa de marketing que tiene los derechos televisivos de la Copa del Mundo y que pagó sobornos, según una investigación de la BBC, que luego fue corroborada por la justicia suiza.

La PDAC también reclamó una investigación para determinar si Blatter y Bin Hammam, catarí que preside la Confederación asiática y que retiró su candidatura a presidir la FIFA en el último momento, “habían aprovechado su posición para lograr votantes potenciales en el momento de su confrontación electoral”.

Blatter señaló en una carta enviada a las federaciones que “la FIFA se enfrentó a muhcas críticas en el anterior congreso, por lo que es importante lograr una mayor transparencia en el órgano rector del fútbol mundial, estamos ante un nuevo comienzo”.

“Estoy convencido de que es crucial para la organización cambiar y fortalecer los principios para gobernar, así como mejorar la transparencia y no tolerar la corrupción”, añadió el suizo.

La FIFA ha puesto en marcha varios grupos de trabajo, incluida una comisión independiente, para establecer las reformas estatutarias, cuyos dos principales cambios serán presentados durante el congreso que empieza el jueves.

El primero se centra en la creación de una Comsión Etica, con la adjudicación de una sala de instrucción y de un juzgado, bajo la presidencia de dos personas independientes.

El otro se refiere a la ampliación de las competencias de la Junta de Auditoría y Competencia, cuyos miembros serán elegidos por el Congreso y no por el Comité Ejecutivo, como se hacía hasta ahora.

Los miembros de la FIFA también tendrán que aceptar un “proyecto de código de buena conducta”, que incluye integridad y comportamiento ético, lucha contra las drogas y el dopaje y tolerancia cero a la corrupción.

Finalmente, el Congreso votará sobre el nuevo cargo de representación del fútbol femenino, para el que el Comité Ejecutivo ha propuesto a Lydia Nsekera, presienta de la Federación de Burundi.