Al menos seis personas resultaron heridas la noche del miércoles en Honduras, cuando se enfrentaron a tiros miembros de bandas integradas por reos dentro del penal de la norteña ciudad de San Pedro Sula, donde el 29 de marzo murieron 13 presos, informaron las autoridades.

“Hasta el momento tenemos oficialmente un registro de seis heridos, algunos de bala”, afirmó a varios periodistas locales el comisionado Hugo Velásquez, portavoz de la policía de la ciudad, situada a 240 km al norte Tegucigalpa.

Reconoció que las autoridades aún no habían logrado ingresar a las bartolinas donde los reos se enfrentaron, por lo cual no se podía descartar que haya muertos.

El pasado 29 de marzo, bandas del crimen organizado que operan ante la impotencia de las autoridades de ese mismo peal protagonizaron una reyerta que dejó 13 muertos, que fueron encontrados hasta que las autoridades pudieron ingresar a los calabozos.

De acuerdo a los reportes de medios locales, el incidente en el penal de aquella ocasión, –donde había alrededor de 2.400 reclusos, pese a que fue construido para 800–, se originó porque uno de los reos coordinadores nombrado por las autoridades para imponer disciplina, informó a los presos del hogar 18 que varios de ellos iban a ser trasladados a otra celda.

El reo coordinador fue decapitado y su cabeza lanzada al techo del edificio y luego le sacaron el corazón y cercenaron los genitales.

El 14 de febrero murieran 361 presos en un incendio en el penal de Comayagua, 90 km al norte de la capital, una de las peores catástrofes carcelarias del mundo.

El sistema penitenciario hondureño es considerado una “bomba de tiempo”: las 24 cárceles existentes, que tienen capacidad para 8.000 personas, albergan a unas 12.200, 60% de ellas sin condena.