El negociador iraní en materia nuclear volvió a advertir el domingo a Occidente de los “malos cálculos” que podrían hacer fracasar las próximas discusiones entre Teherán y las grandes potencias, la víspera de una reunión con la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AEIA).

Expertos y diplomáticos occidentales estiman que esta reunión será un test importante para conocer las intenciones reales de Irán antes de la reanudación, a partir del 23 de mayo en Bagdad, de las negociaciones entre Teherán y el llamado Grupo 5+1, es decir, los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (Estados Unidos, Francia, Reino Unido, China y Rusia) más Alemania.

“Cualquier mal cálculo de Occidente impediría el éxito de las negociaciones. En Bagdad esperamos acciones que permitan al pueblo iraní tener confianza”, declaró Said Jalili durante una reunión con el ex primer ministro francés Michel Rocard, de visita privada en Teherán.

El negociador iraní también llamó a los “responsables occidentales a prestar atención a sus comentarios no constructivos” y reiteró que su país no cederá a las presiones.

“La época de la estrategia de la presión ha llegado a su fin”, añadió, citado por las agencias de prensa iraníes.

Pese a los constantes desmentidos de Teherán, Occidente e Israel sospechan que Irán pretende fabricar la bomba atómica.

El desencuentro entre ambas partes llevó a un bloqueo de las negociaciones durante meses, hasta que se reanudaron el pasado 14 de abril en Estambul.

En la reunión con la AIEA, que se celebrará el lunes y el martes en la sede del organismo en Viena, las potencias occidentales esperan algún gesto del régimen islamista para avanzar en las negociaciones.

“Un gesto claro sobre la planta militar de Parchin, por ejemplo, crearía una atmósfera positiva para Bagdad”, indicó Bruno Tertrais, experto de la Fundación para la Investigación Estratégica, un grupo de reflexión con sede en Francia.

La AIEA sospecha que Irán ha llevado a cabo en este lugar, ubicado al este de la capital, explosiones convencionales que podrían ser aplicadas al ámbito nuclear.

Las autoridades iraníes impidieron, en enero y febrero pasado, el acceso a esta planta de un grupo de inspectores de la AIEA, lo que motivó el cese de las negociaciones.

La AIEA pretende que le sea permitido acceder al lugar, lo que le ayudaría a hacerse una mejor idea sobre la finalidad última del programa nuclear iraní: civil, como defiende Teherán, o militar, como sospechan Occidente e Israel.

El régimen iraní acogió con todos los honores al ex primer ministro socialista Michel Rocard con el fin de mejorar sus relaciones con Francia después de la elección de François Hollande a la presidencia del país europeo.

El presidente electo, no obstante, señaló que Rocard “no lleva ningún mensaje ni tiene encomendada ninguna misión”.