Grecia no tendrá nada fácil la formación de Gobierno esta semana, tras el cataclismo de las elecciones legislativas del domingo, que han castigado a los dos partidos históricos favorables a la austeridad y proeuropeos, y han abierto el Parlamento a los neonazis por primera vez.

Los partidos opuestos a un incremento de la austeridad, incluyendo los neonazis, han recabado cerca del 60% de votos, según un sondeo a pie de urna.

Los dos grandes ganadores son la formación de izquierda radical Syriza, opuesta al memorando de acuerdo de Grecia con los acreedores de Grecia, que pasa a ser la segunda fuerza política del país, y el partido neonazi Chryssi Avghi (Amanecer dorado), que accede con fuerza al Parlamento por primera vez.

Los dos grandes partidos históricos, Pasok (socialista) y Nueva Democracia (derecha) quedaron lejos de la mayoría (entre 31 y 37% de votos) apenas suman 151 escaños entre los dos (sobre un total de 300), resultado considerado muy frágil para constituir un gobierno de coalición estable y garantizar la continuidad del programa de rigurosa austeridad dictado por la UE y el FMI, según los resultados basados en el 60% de votos escrutados.

Antaño gropúsculo semiclandestino de métodos notoriamente violentos, tesis racistas y discurso antiparlamentario, el partido neonazi Chryssi Avghi (Amanecer Dorado) entrará por primera vez en el Parlamento, con un 6,9% de votos y 21 diputados, según los resultados una vez escrutados 60% de votos.

Flanqueado por unos 15 jóvenes rapados, el dirigente neonazi, Nikos Mihaloliakos, afirmó que la noche del domingo que lucharán contra los “usureros mundiales” y la esclavitud” impuesta según él al país por la UE y el FMI a cambio de su ayuda financiera.

“Ha sonado la hora del miedo para los traidores a la patria”, amenazó el quincuagenario, apodado “Fuhrer” por la prensa griega.

El Parlamento griego ofrecerá la particularidad de acoger en las mismas bancadas a estos nuevos diputados y al viejo héroe de la resistencia Manolis Glezos, de 89 años, que descolgó la bandera hitleriana de la punta de la Acrópolis a los 18 años y ahora ha salido elegido con la etiqueta de Syriza.

La noche del domingo, el dirigente de este partido y benjamín de la vida política griega, Alexis Tsipras, de 37 años, declaró que el resultado de los comicios “priva de legitimidad al memorando” de acuerdo que prevé una cura de austeridad en Grecia a cambio de préstamos internacionales de un total de previsto de 240.000 millones de euros destinados a salvar de la quiebra al país.

Su partido, que podría tener 50 escaños parlamentarios (16,24% de votos), reclama la suspensión del servicio de la deuda, la anulación de parte de la deuda pública y medidas de reactivación.

Los buenos resultados de Syriza pueden hacer muy difícil una coalición de unidad nacional tendente a garantizar el mantenimiento del país en el euro, por el que abogan tanto el conservador Antonis Samaras como el socialista Evangelos Venizelos.

La Nueva Democracia de Samaras, único partido con el Pasok que firmó con la Unión Europea un compromiso para aplicar la política de rigor y reformas, ha pasado a ser, tal como se preveía, el primer partido de Grecia.

Pero su resultado históricamente bajo, un 19,82% y 111 escaños de diputados, debería volver misión prácticamente imposible la constitución de un gobierno estable, según los primeros comentarios.

Samaras propuso la noche del domingo la formación de “un gobierno de salvación nacional” para mantener a Grecia en la zona euro y se comprometió a “cambiar la política del memorando” de austeridad.

Según Panayotis Petrakis, profesor de economía financiera en la universidad de Atenas, “al país todavía le queda un pequeño margen de maniobra gracias a la victoria de François Hollande en Francia, que debería impedir que Europa nos abandone brutalmente”. Pero será necesario “rápidamente” un gobierno de tecnócratas” para evitar pasar de nuevo por las urnas.

El Pasok, cuyo exdirigente Georges Papandreu había recurrido a la UE y al Fondo Monetario Internacional en mayo de 2010, sale machacado del escrutinio, con un 13,64% de votos en lugar de un 43,9% en 2009.

“Esto es un cataclismo político”, estimó en el canal Mega Panos Panagiotopulos, un dirigente de Nueva Democracia.

La campaña ha estado dominado por el rechazo de la política de austeridad que ha reducido brutalmente el nivel de vida de los griegos a base de recortes de sueldos y pensiones y ráfagas de tasas impositivas.