Miles de personas se manifestaron el viernes en diversas ciudades de Siria en apoyo a la revuelta contra el régimen de Bashar al Asad, que las reprimió violentamente, denunciaron un organismo no gubernamental y militantes locales.

Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede en Londres, las fuerzas gubernamentales efectuaron disparos que causaron la muerte de un manifestante en el barrio de Al Tadamone, en Damasco. Otras 11 personas murieron en Alepo, Homs y Hama, en episodios de violencia a pesar de la presencia de observadores de la ONU para verificar el cese de las hostilidades.

Las marchas de protesta también fueron reprimidas a tiros en los barrios de Jobar y Al Assali, en Damasco, donde numerosos manifestantes fueron arrestados, según el Comité Local de Coordinación que apoya la revuelta popular.

Como cada viernes desde marzo de 2011, miles de manifestantes desfilaron en diversas ciudades ante un llamado de los militantes prodemocracia, para reafirmar su apoyo a la revuelta popular con la consigna: “Nuestra lealtad (a la revuelta) es nuestra salvación”.

“Siria quiere la libertad”, “Siria sangra”, “Bashar, vete”, eran algunas de las consignas que podían leerse en las pancartas de los manifestantes en Arbine, cerca de Damasco, mientras que militantes divulgaron en la red internet videos sobre manifestaciones similares en Homs, Qamichli (noroeste), Idlib (noreste) y Deraa (sur).

“Resistiremos aunque ellos ocupen todos los lugares”, dijeron militantes en Deraa en alusión a las operaciones realizadas por el ejército en varias ciudades. “El pueblo quiere la muerte de Bashar”, gritaba la multitud en Idlib.

Las manifestaciones tienen lugar habitualmente a la salida de las mezquitas luego de las oraciones semanales, a pesar de la represión y la militarización de la revuelta.

El jueves, las fuerzas de seguridad realizaron un ataque contra la ciudad universitaria de Alepo, en un operativo que provocó la muerte de cuatro estudiantes y terminó con 200 detenidos luego de una manifestación opositora. El ataque forzó a la Universidad a suspender sus clases hasta el 13 de mayo.

“Nos reunieron frente al dormitorio de las muchachas y nos obligaron a a desnudarnos. Nos arrastraron, y luego caminaron sobre nosotros profiriendo insultos”, dijo a la AFP el estudiante Abu Taym, de 22 años.

Según Taym, algunos estudiantes prefirieron arrojarse del tercero o cuarto piso antes que ser arrestados”.

La persistencia de episodios de violencia llevó a los gobiernos de Estados Unidos y Francia a expresar una vez más sus dudas sobre la voluntad del gobierno de Al Asad de respetar el alto el fuego acordado como parte del plan de paz elaborado por Annan.

En tanto, el portavoz de Annan en Ginebra dijo que el plan de paz en Siria estaba “en camino”. “Hay pequeñas señales. Ciertas armas pesadas han sido retiradas, otras permanecen (…), algunos actos de violencia han disminuido, otros se mantuvieron”, dijo el vocero.

“Una crisis que se inició hace más de un año no puede ser resuelta en un día o una semana”, dijo, para añadir que Annan informará al Consejo de Seguridad de la ONU el 8 de mayo sobre la puesta en marcha del plan de paz.

Para el general Robert Mood, jefe de la misión de observadores de la ONU en Siria, es el ejército el que debe dar el primer paso para interrumpir la violencia. El militar noruego visitó Idlib, donde la acción de los observadores será reforzada, según informó la televisión siria.

En total, más de 600 personas -en su mayoría civiles- murieron en Siria desde el cese formal del fuego, y más de 10.000 desde el inicio de la revuelta, según el OSDH.

El número de observadores encargados de verificar el respeto del cese de las hostilidades llegará a 100 en un mes y a 300 en el futuro, según una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU.

El plan de paz elaborado por Annan incluye también la liberación de detenidos, el derecho de manifestarse públicamente y la libre circulación de la prensa y de ayuda humanitaria.