Ecuador registró 156 agresiones contra medios de comunicación y periodistas durante 2011, mientras que en el primer trimestre de 2012 se contabilizaron 53 denuncias, aseguró el jueves la ONG local Fundamedios.

“Estas cifras evidencian un sustancial incremento de la agresividad en contra de los profesionales de la comunicación y ubica al primer trimestre de este año como el más violento”, dijo a periodistas César Ricaurte, director de Fundamedios, con ocasión del Día Internacional de la Libertad de la Prensa.

Ecuador “es el país donde más aceleradamente se están deteriorando las condiciones para ejercer la libertad de expresión”, agregó.

Los tipos de agresión más recurrentes entre enero y marzo últimos se dieron mediante declaraciones de autoridades y figuras públicas (16,98%) e impedimentos de cobertura (15,09%), según Fundamedios, acusado por el gobierno ecuatoriano de hacer activismo político a favor de los grandes medios y de ser informante de Estados Unidos.

La ONG apuntó que los principales agresores fueron funcionarios públicos (56,60%), incluido el presidente Rafael Correa (20,75%), quien sostiene un duro enfrentamiento con un sector de la prensa al que acusa de querer desestabilizarlo en favor de poderosos grupos económicos.

Reporteros ecuatorianos celebraron el Día Internacional de la Libertad de Prensa con una concentración pública en el norte de Quito, donde el presidente de la Unión Nacional de Periodistas (UNP), Vicente Ordóñez, llamó a “defender el derecho a hacer un trabajo de manera libre, sin censuras”.

Entretanto, Gonzalo Ruiz, subdirector adjunto del diario quiteño El Comercio, pidió a Correa que sea “tolerante y respetuoso”.

“El poder también tiene momentos complejos, pero el rol de los medios es revelar lo que muchas veces el poder quiere ocultar”, declaró.

El 16 de febrero pasado, la justicia ecuatoriana confirmó en última instancia la condena a tres años de cárcel y al pago de 40 millones de dólares contra tres directivos y un ex editor de opinión del diario El Universo de Guayaquil (suroeste), en un juicio por injurias de Correa.

Once días después el mandatario pidió anular ese fallo, al igual que una demanda por daño moral contra dos periodistas a los que acusó de daño moral.