Para mediados de mayo se postergó el pronunciamiento del Gobierno en torno a la eventual exhumación de restos en el cementerio pehuenche inundado hace ocho años por la central Ralco, en Alto Bío-Bío.

Recordemos que un grupo de familias indígenas viajó a una reunión en La Moneda donde se les informaría sobre el destino final del denominado Panteón Quepuca.

Aunque en la cita se analizaron temas relacionados con la ubicación de los artículos tradicionales de la etnia que fueron sacados de la zona, el punto central era conocer si existía la posibilidad de exhumar los restos óseos.

Sin embargo, eso finalmente no sucedió, situación que causó la molestia de las familias pehuenches que esperaban tener un pronunciamiento claro al respecto después de ocho años de postergaciones, según señaló María Curriao, líder del grupo.

La dirigenta volvió a advertir que si no hay una respuesta satisfactoria de parte del Ejecutivo, los pehuenches afectados se movilizarán para exigir que se cumplan los compromisos.

De acuerdo a María Curriao, si bien hay buena voluntad de las actuales autoridades de Gobierno para conversar sobre el problema, planteó que ese diálogo debe ir aparejado de soluciones y no de sucesivas postergaciones.