Una mujer estadounidense de 47 años acudió en ayuda de su jefa en Nueva York, quien se encontraba en estado grave tras no hallar un donante de riñón. La empleada le dio uno de sus riñones pero, algunos meses después, fue despedida de su trabajo.

Se trata de Debbie Stevens, cuyo riñón finalmente no fue compatible con su jefa. Un intercambio permitió que esta última recibiera un riñón de un paciente de San Francisco, mientras que el órgano de Stevens fue a dar a Missouri.

Pese a que su empleadora no se quedó con el riñón, la buena acción igualmente le salvó la vida.

Según información del The New York Post recogida por Terra, Stevens comenzó a presentar problemas digestivos y dolores en las piernas tras la acción solidaria. No obstante, la jefa llamada Jackie Brucia le reclamaba “¿Por qué no estás en el trabajo? Los demás van a pensar que te doy un trato especial”.

Así, la mujer volvió a su lugar de trabajo, pese a no encontrarse en condiciones, pero sin poder rendir bien. Finalmente, su jefa la despidió por esta razón.

Al ser consultada Brucia por los medios, no quiso dar declaraciones respecto al caso.