El delantero del Bayern Munich, Mario Gómez, quien usa curiosamente la camiseta con el dorsal 33, enfrentará este martes a la defensa del Madrid por la ida de la semifinal de la Champions, recordando la tragedia minera ocurrida en nuestro país hace más de un año y que afortunadamente terminó de buena forma con el rescate de los “33 de Atacama”.

Recordar que uno de los mineros rescatados tras meses de encierro, también tiene el mismo nombre del ariete que tiene 39 goles a su haber, 11 de ellos en la Liga de Campeones. Gómez es un cazagoles de 1,89m con las características idóneas para culminar el fútbol machacón del Bayern y que acredita un remate cada 20 minutos en el torneo europeo.

A su repertorio como dominador del área ha incorporado el dinamismo que aprendió a la sombra de Klose, el preferido de Louis van Gaal desde que se hizo cargo del conjunto en 2009 hasta 2011, destaca el sitio de deportes Elpais.com

“Desde el rescate de los mineros chilenos me acompaña una buena estrella”, confesó en el portal alemán Deutsche Welle.

La lucha de aquellos 33 trabajadores por sobrevivir y salir del agujero que olía a muerte a 700 metros bajo tierra también le azuzó para escaparse de su particular pozo deportivo: “Mi lema en la vida es que no hay que darse por vencido. Siempre vale la pena seguir adelante. Eso lo sintieron los mineros con mucho más intensidad que cualquiera de nosotros. El fútbol es una actividad en la que se necesita mucha resistencia, pero esta se necesita en la vida en general”, dijo.

Sus apariciones fueron esporádicas en el curso 2009-2010. No tuvo ninguna relevancia en el camino hasta la final de la Champions, que perdió en el estadio Bernabéu ante el Inter de José Mourinho. Estuvo sin marcar un gol desde el 20 de febrero de 2009 hasta el 10 de octubre de 2010. Ese día, en el estadio del Hannover, todavía con Van Gaal en el banquillo, Gómez sorprendió con una dedicatoria para celebrar el final de su prolongada sequía con tres goles: “Un cariñoso saludo a Chile”.

En esos 245 días tuvo tiempo suficiente para asumir y vivir que un goleador sin gol es un futbolista melancólico e irritable, un torrente de preguntas internas en la soledad de una mala racha. En esos días oscuros para su carrera se enganchó por televisión al drama de los mineros chilenos que estuvieron 69 días atrapados en el pozo de San José de Copiapó. Le llamó la atención que uno de los hombres que luchaban por sobrevivir en esas condiciones extremas se llamara Mario Gómez como él y que el número de los atrapados, 33, fuera el mismo que él luce en el Bayern. También sintió la historia como suya porque en sus raíces granadinas hay familiares que están relacionados con el trabajo en la minería.

Mario Gómez comenzó entonces una rehabilitación goleadora que le ha llevado a vivir sus días más felices en el Bayern. Es indiscutible para Jupp Heynckes y en el vestuario es muy respetado por su educación y su buen humor. Incluso incita a envidias sanas y banales como la que dice sentir Schweinsteiger por su atrevida pero elegante manera de vestir y peinarse.