Las operaciones del ejército sirio y los combates entre soldados y desertores causaron el miércoles la muerte de 41 personas en Siria, incluidos 33 civiles, informó el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
En la tarde, los enfrentamientos entre efectivos del ejército regular y desertores del Ejército Sirio Libre (ASL) se reanudaron en Harasta, a unos 10 kilómetros de Damasco, informaron activistas de los Comités Locales de Coordinación (LCC), que fomentan la insurrección.
El ejército bombardeó el miércoles por segundo día consecutivo el barrio de Jaldiyé en Homs, en el centro de Siria, en donde al menos ocho civiles murieron, según el OSDH.
En esta ciudad, 15 civiles murieron, de los cuales tres niños, por disparos de las fuerzas de seguridad y bombardeos del ejército en varios barrio, agregó la misma fuente. Seis civiles murieron en el barrio de Baalbeh.
En la provincia de Homs, cuatro civiles murieron en Talbisse.
Un soldado del ejército regular murió en Qalaat al Madiq, en la provincia de Hama, donde las tropas ingresaron después de un ataque con cohetes y ametralladoras, según el OSDH.
En Hama, tres niños murieron por tiros, y un desertor que pertenecía al Ejército Sirio Libre (ESL) perdió la vida en un choque con soldados en el barrio de Hamidiyé.
En tanto, dos soldados murieron en Deraa (sur) en la explosión de un camión y cuatro civiles murieron en un tiroteo posterior.
Videos publicados en internet por militantes mostraban manifestaciones nocturnas en Damasco y en Alepo en las que los manifestantes gritaban “Siria quiere libertad”.
También murió un civil en Jabal al Zawiya, donde una mujer y sus dos hijos resultaron heridos, según el OSDH, entidad que reportó choques armados también en Alepo.
El ejército controla ahora el 70% de Homs, tercera ciudad de Siria, pero algunos barrios, como Jaldiyé, siguen en manos de los rebeldes, según los militantes.
Siria es escenario desde hace más de un año de una revuelta sin precedentes contra el presidente Bashar al Asad, que la reprime violentamente. Según el OSDH han muerto más de 9.000 personas en la revuelta.