El Foro Alternativo Mundial del Agua (FAME) abrió sus puertas el miércoles en Marsella, sur de Francia, reclamando una gestión pública del agua y tras protestas por la construcción de grandes represas, como la de Jirau en Brasil, que consideran “nefastas” para las poblaciones locales y el planeta.

Simulando un río que representa la vida, y una gran represa hinchable que inundaba las tierras y mataba a la población y al ganado, un centenar de activistas denunciaron “la construcción de embalses”, en un acto el miércoles en una céntrica estación de metro de Marsella, sur de Francia.

Los militantes de las asociaciones Ecologistas en Acción e Ingeniería sin Fronteras explicaron que habían buscado, con su “performance festiva”, llamar la atención “sobre el impacto social y en el ecosistema de la construcción de grandes embalses como los que están proyectados en la Patagonia chilena”.

Esos embalses “son proyectos sumamente costosos, que inundan grandes extensiones de tierras cultivadas y bosques y suponen la destrucción irreversible de aldeas enteras y de los medios de subsistencia de millares de personas”, explicó a la AFP la española Lidia Serrano, que participó en la protesta.

“Además, no son proyectos ‘verdes’, como dicen sus promotores, sino que aceleran el cambio climático”, agregó la activista de Derechos Humanos, mientras otros activistas agitaban pancartas donde se leía: “El agua, como la vida, no es una mercancía”.

El acto fue organizado en el “Día mundial de los ríos y en contra de las represas”, y para coincidir con la apertura del Foro Alternativo del agua, que reúne a la sociedad civil con la meta de “debatir y construir alternativas que den soluciones a la crisis del agua”.

El FAME, que concluye el sábado, se celebra paralelamente al Foro Mundial del Agua, que fue inaugurado el lunes y donde participan sobre todo responsables gubernamentales y grandes empresas del agua.