Los talibanes juraron este lunes vengar la masacre de 16 civiles afganos, entre ellos mujeres y niños, perpetrada la víspera por un soldado estadounidense en el sur de Afganistán, prometiendo intensificar sus ataques contra los “estadounidenses salvajes y enfermos mentales”.

El domingo antes del amanecer, un soldado del contingente estadounidense de la fuerza internacional de la OTAN dejó su base en la provincia de Kandahar, fuertemente armado, y mató a los ocupantes de dos casas de aldeas cercanas, entre ellos a nueve niños y tres mujeres, para luego quemar sus cuerpos.