Cierto, ayer se celebró el Día de la Mujer.

Podría escribir muchas frases cliché, pero este artículo se basa en una realidad nacional, y es probable, que se me salga alguna.

Tengo madre, esposa e hijas. Ello para mí, es una bendición y que agradezco de que la vida, me haya dado tan preciada oportunidad.

Por esta razón es que celebro con ganas este día, que para mi gusto debiera ser los 365 días del año. En una sociedad machista como en la que vivimos, es justo y necesario valorar, demostrar y rescatar la función de la mujer en la vida. Y esto, debe ser reconocido día a día.

Me referiré en general, no implica que todo lo que describa en las lineas de abajo sea una totalidad. agrego, que tampoco estas palabras, represente una ideología política, solo me refiero a una realidad presente.

Lamentablemente, aún vemos con distancia que la mujer no tiene una participación importante en la política, por ejemplo. En Chile, hay parlamentarias destacadas, me atrevo a decir que lucen bastante más que sus colegas hombres, en el sentido que son más trabajadoras, respetadas y abnegadas en sus labores.

Pero si vemos el porcentaje de participación de ellas en el Congreso, cargos ministeriales y servicios públicos es bajo todavía. Si bien, desde hace unos 10 años atrás, la situación mejoró y se avanzó, denota que existe una desconfianza, absurda, en otorgarle puestos de importancia. Por ello, me causa rechazo, cuando escucho, veo o leo a autoridades hablar de que las mujeres tendrán igualdad de oportunidades frente a los hombres. Eso no es tal, y por ahora, no veo intensión de que aquello cambie.

Lo anterior se da también en el ámbito privado. En un alto porcentaje de empresas e instituciones, los cargos directivos y administrativos, en su mayoría son asignados a los hombres. Si bien no es en todas partes, pero me da para pensar de que existe una desconfianza en las capacidades de ellas, que no logro poder comprender.

En cuanto al respeto, trato y relación en general de las mujeres en la vida diaria, quisiera destacar algunos aspectos en que sé, muchos lectores coincidirán conmigo.

El primero tiene que ver con la violencia intrafamiliar que afecta a muchas mujeres de Chile. Cada día conocemos más casos, a través de los medios de prensa, en que son golpeadas e incluso asesinadas por sus cónyuges , parejas o lo que sea.

Si bien los tribunales de justicia, en un número importante de casos cumple su función de sancionar a los imputados, no deja de sorprender cuando ciertos fiscales dejan en libertad a estos delincuentes, y peor aún, cuando existen constancias y/o denuncias de por medio en carabineros o en los juzgados de familia. Son femicidios (cuando son asesinadas) que se podrían evitar. Por ello, un llamado a los organismos pertinentes a estar atentos e investigar en forma inmediata cuando las afectadas denuncien sus casos.

Quisiera destacar la gran labor del Servicio Nacional de la Mujer,de su Ministra Carolina Schmidt y de su antecesora, Laura Albornoz, quienes han jugado y cumplido un rol importante en la protección y promoción de la igualdad entre hombres y mujeres. Han trabajado en hacer realidad las medidas conducentes a que exista una equidad en el proceso de desarrollo político, social, económico y cultural del país.

El segundo aspecto se vincula al desprecio de la mujer por parte (repito) de esta sociedad machista. El hombre, en muchos hogares, tiende a ser el controlador del dinero, de las decisiones y de lo que se hace y deshace. Éstos olvidan que el ser humano se crea en el vientre materno y que sin ellas, la vida no existiría.

Es patético ver cuando son consideradas solo como un objeto y que deben someterse a lo que decide el “jefe de hogar”. La mujer es bastante más racional que el hombre: La primera piensa antes de actuar. El segundo solo busca llegar a su destino.

Por eso, afirmo que pasará tiempo importante en que esa igualdad que tanto se busca conseguir entre ambos sexos, es distante. Si se eligieran más mujeres en un parlamento o se le dieran mayor participación en cargos públicos y en la empresa privada, podría ser un modelo a seguir por la gente común, es decir, en la familia.

Quiero terminar mi artículo, expresando mi más sincera admiración por la mujer. La sociedad está en una deuda mayor con ellas. Merecen ser reconocidas día a día y se les debe dar el espacio que se merecen. Además, ¿qué haría el hombre sin ellas?

Mis más sinceros cariños y felicidades a todas.

Víctor Huidobro es periodista. Vive en Santiago y escribe regularmente en su blog, El Nada Serio. Tiene su cuenta de Twitter en @elnadaserio