Si tu perro se come sus propios excrementos o los de otros canes o animales, estás ante un mal hábito muy común denominado Coprofagia.

Éste representa una preocupación para los dueños de mascotas, por la masiva transmisión de enfermedades que puede ocasionar al hombre. La más frecuente es la Toxoplasmosis, traspasada a través de las heces del gato y que puede provocar graves daños en la formación del feto en caso de mujeres embarazadas.

Al respecto la Médico Veterinario de Laboratorio Drag Pharma, Catherine Soto, señaló que la transmisión de la enfermedad sucede sólo si el perro come el excremento de canes o felinos desconocidos infestados, o las heces de animales salvajes. Desparasitando frecuentemente a los animales, se evitará el riesgo de contraerlos.

Una medida de prevención y de tenencia responsable de mascotas es recoger sus heces “cuando las paseamos y de forma periódica en la casa, de esta manera se evitará la vía de transmisión de parásitos internos al hombre”, aclara Soto.

Dentro de las causas más frecuentes de la Coprofagía se destacan el llamar la atención de los amos, aunque sea para que los regañen; en perros con diarrea, donde persisten nutrientes sin digerir por lo que al detectarlos el perro los ingiere nuevamente; en animales que están estresados; cuando quieren mantener la limpieza de su hábitat o simplemente por falta de alimentación cuando no se tiene suficiente comida, destaca la experta.

Para evitar este molesto hábito por parte de nuestras mascotas, existen diversos productos como “Cracul”, un medicamento natural que otorga mal sabor a las heces, produciendo un rechazo inmediato por parte del animal cuando quiere ingerir materia fecal.

Ante esto Soto agregó que una de las técnicas para administrar el medicamento al animal, es envolver el comprimido en un trozo de carne para que lo acepte fácilmente.