En Estados Unidos, en un cine cualquiera, una bolsa pequeña de las populares gomitas con forma de oso cuesta alrededor de 3 mil pesos chilenos. Esto es sólo un ejemplo del alto costo por los confites y bebidas que deben pagar los clientes aficionados a la pantalla grande en el país anglosajón.

En todos los cines está prohibido ingresar alimentos externos a la salas de proyección, por lo que los usuarios se ven obligados a comprar dentro del recinto, lo que deja una gran ganancia a estas empresas. Finalmente, un consumidor indignado de Estados Unidos se cansó del abuso y denunció la situación ante un tribunal de Michigan, acogiéndose a la Ley de Protección al Consumidor.

Según indicó Hollywood Reporter, el ciudadano llamado Joshua Thompson demandó a su cine local, de la cadena estadoudense AMC, en una denuncia que ha ganado gran simpatía entre el resto de los ciudadanos.

Con la acusación, Thompson obligaría a la cadena de cines a enfrentar una ley que prohíbe “imponer al consumidor un precio que es gravemente excesivo en relación al precio en que un producto o servicio similiar a ése es vendido”. Sin embargo, la demanda aún no ha sido acogida por un juez.

De acuerdo con algunos datos entregados, un 85% de las ventas de confites y bebidas en los cines corresponden a ganancia pura. En tanto, por cada bolsa de palomitas en bruto que cuesta alrededor de 15 mil pesos chilenos, los cines ganarían $1.500.000.