La primera audiencia previa al juicio por el naufragio del “Costa Concordia”, durante la cual se abrirá oficialmente la caja negra, se inició el sábado en Grosseto, en el centro de Italia, ante un centenar de abogados, científicos y sobrevivientes del crucero el pasado 13 de enero.

“Recordar esos momentos, duele… Había tal confusión a bordo, hemos tenido que hacerlo todo solos, tantas cosas se han hecho mal, en tan poco tiempo”, recuerda uno de ellos, Giacomo Brignone.

“Habríamos tenido el tiempo necesario para organizar la evacuación de forma más tranquila y, estoy casi seguro, casi todo el mundo habría sido rescatado”, confiesa a la AFP-TV.

El teatro de Grosseto se ha requisado para poder acoger a todos los asistentes y la ciudad de Toscana, de la que depende la pequeña isla de Giglio, estaba invadida por los medios de comunicación italianos e internacionales. El barrio alrededor del teatro en el que se celebra la audiencia a puerta cerrada está acordonado por la policía.

El comandante del “Costa Concordia”, Francesco Schettino, principal protagonista de la catástrofe que dejó 32 muertos, no asiste la audiencia.

En residencia vigilada, la figura emblemática de este drama, apodado por la prensa el “capitán cobarde”, “teme por su seguridad”, explicó uno de sus abogados.

“Es casi mejor que Schettino no venga”, declaró a los periodistas un sobreviviente, Sergio Amarotto, antes de entrar en el teatro.

“No ha hecho más que decir una mentira detrás de la otra para cubrirse”, añadió.

Otra sobreviviente, Francesca Bertaglia, no disimula su ira: “Es un imbécil y de alguna forma también un criminal. Es impensable que no haya activado la alarma. Es una actitud criminal”.

En total, nueve empleados de la compañía Costa están encausados en el marco de esta investigación por homicidio por imprudencia durante el naufragio y falta de comunicación a las autoridades marítimas.

El capitán también está acusado de haber abandonado su nave cuando la evacuación de los pasajeros estaba en curso.

“He conocido a Schettino, como todos los demás pasajeros, a bordo. Le he visto irse hacia la proa. He visto el primer bote bajar. Estaba acompañado por cuatro tripulantes”, testificó ante la prensa Giuseppe Grammatico, pasajero y abogado.

La audiencia del sábado reunía a la fiscalía, la defensa y los representantes de las partes civiles, así como a expertos que decidirán de los análisis que se harán sobre los instrumentos de bordo, entre ellos la caja negra. Lo que supone una etapa obligatoria en el procedimiento italiano antes del juicio oficial que podría tardar dos años en abrirse.

La fiscalía desea un análisis detallado de los minutos durante los cuales el comandante se dio cuenta que el “Concordia” no respondía los mandos, para determinar si ha ordenado la evacuación demasiado tarde.

“El capitán no quería admitir la gravedad de la situación”, explicó el segundo de Schettino, el capitán Ciro Ambrosio, también encausado, a los investigadores, según reveló el sábado el diario Il Fatto Quotidiano. “No daba la alerta a las autoridades y les daba indicaciones erróneas”, añadió.

Según el Corriere della Sera, que citó otras filtraciones de este interrogatorio, el capitán Schettino habría “ordenado a su tripulación decir a los guardacostas que todo estaba controlado”.

Ambrioso asegura que Schettino no llevaba sus gafas en el momento del incidente y que no cesaba de decirle que “no veía muy bien”.

Los expertos quieren asegurarse de que “todos los instrumentos a bordo funcionaban correctamente”, mientras que Schettino basa en parte su defensa en la falta de fiabilidad de algunos instrumentos, explicó a la AFP Bruni Neri, profesor de electrónica en la Universidad de Pisa, presente como experto.

El “Costa Concordia” viajaba con 4.229 personas a bordo, incluidos 3.200 turistas de 60 nacionalidades diferentes y un millar de miembros de la tripulación, cuando chocó contra una roca. La catástrofe dejó 32 muertos, de los cuales se han recuperado los cuerpos de 25 y siete permanecen desaparecidos.