Seis médicos acompañados de enfermeras se encargarán a partir del jueves de visitar a enfermos incurables para practicarles la eutanasia que han solicitado pero que rechazó su médico de cabecera, informó el miércoles la asociación para la que trabajan.

“A partir del jueves, la ‘Clínica de fin de la vida’ dispondrá de equipos móviles a los que pueden recurrir personas que cumplen con los requisitos para que se les practique la eutanasia”, declaró a la AFP Walburg de Jong, portavoz de la Asociación holandesa para un fin voluntario de la vida (NVVE).

Estos equipos móviles, compuestos por un médico acompañado de una enfermera, especialmente formados, denominados ‘Clínica de fin de la vida’”, visitarán a enfermos en toda Holanda.

Si se reúnen los criterios, estos médicos, asalariados a tiempo parcial para la asociación, practicarán las eutanasias que los médicos de familia rechazan practicar, ya sea por convicción o porque no están formados para ello, precisó Jong. Según Jong, 70 enfermos ya manifestaron su interés.

Este proyecto, aprobado por el ministerio holandés de Salud, es criticado por una de las principales asociaciones de médicos holandeses que teme que los equipos no conozcan suficientemente a los pacientes para evaluar de manera correcta su situación.

Según la NVVE, unas 3.100 eutanasias son practicadas cada año en Holanda, primer país en el mundo que legalizó esta práctica, el 1 de abril de 2002.

Pero sólo es autorizada cuando el paciente lo pide en pleno uso de sus facultades y padece sufrimientos insoportables a causa de una enfermedad diagnosticada por un médico como incurable.

Cada caso debe ser señalado a una de las cinco comisiones encargadas de verificar si los criterios de la ley fueron respetados.