El Ministro de Hacienda, Felipe Larraín, aseguró que el cambio en los parámetros del SIPCO, mecanismo que se usa para suavizar el precio de los combustibles, operó dentro de la ley y reiteró que el Gobierno no eliminará el impuesto específico.

A fin de salir al paso por críticas de uso político en la aplicación del Sistema de Protección al Contribuyente del Impuesto Específico a los Combustibles, más conocido como SIPCO, Larraín aseguró que la activación del mecanismo estuvo dentro de lo que permite la ley.

Esto porque el Sipco impidió, esta semana, un aumento de 14 pesos en las bencinas, permitiendo un alza promedio de sólo 1 peso.

Así lo señaló el ministro, quien de paso explicó que los aumentos en los derivados del crudo dependen netamente de los vaivenes internacionales. Asimismo, Larraín reiteró la negativa del Gobierno para eliminar el impuesto específico a los combustibles.

Y es que las críticas apuntan al momento en que se usa el mecanismo, ya que el Ejecutivo tiene la facultad para cambiar los parámetros del SIPCO y disminuir el impacto que tienen las subidas del precio de los combustibles en la vida de las personas y empresas.

Atribución que también entrega la ley que creó el sistema, según la economista de Econsult, Michelle Labbé.

Claro que aplicar el SIPCO no implica que el alza nunca se vaya a traspasar a los consumidores, porque sí lo hará, se terminará pagando de forma gradual, ya que el mecanismo busca evitar las alzas transitorias y amortiguar las permanentes, sin llegar a transformarse en un subsidio.

Así con los precios publicados por ENAP, la gasolina de 93 octanos tuvo un incremento de 2,8 pesos para quedar en un valor promedio de 754 pesos por litro, mientras que la de 97 octanos bajó 1,3 pesos hasta los 757 pesos por litro.

El mayor incremento fue del diésel con 14,4 pesos quedando en 629,3 pesos por litro. Valores que regirán hasta el 29 de febrero.