Esta mañana Oceana reiteró al Ministro de Salud Jaime Mañalich, su solicitud de medir los niveles de mercurio y metil-mercurio en peces, algas y mariscos capturados en aguas chilenas. La petición fue hecha luego que el Ministerio de Salud mantuviera silencio ante la solicitud hecha originalmente por la organización el 7 de diciembre pasado, y ante los reiterados intentos por obtener una audiencia con el Ministro.

“Existen antecedentes que revelan altos niveles de mercurio en algunos pescados de consumo nacional. Frente a esta evidencia el Gobierno debe realizar estudios más exhaustivos para determinar qué tan contaminados están estos productos en Chile y alertar de sus riesgos a la población mediante avisos públicos en los puntos de venta, como se hace en otros países. Estamos hablando de un metal pesado sumamente tóxico para las personas”, dijo el director ejecutivo de Oceana, Alex Muñoz.

En diciembre de 2011, después de conocerse los resultados de un estudio que demostraba la presencia de altos niveles de mercurio en varias muestras de peces de consumo nacional, Oceana solicitó al Ministro de Salud ordenar un estudio de cobertura nacional sobre los niveles de mercurio y metil-mercurio en peces, algas y mariscos capturados en aguas chilenas, y de aquellas especies importadas para ser vendidas como alimento en el mercado nacional.

A pesar de la gravedad que embiste el mercurio para la salud de las personas, especialmente para mujeres embarazas y para niños, el Ministerio aún no ha dado respuesta.

A juicio de la organización, las termoeléctricas a carbón son las mayores emisoras de este metal pesado y, por lo tanto, se debe poner particular atención la medición en peces y mariscos capturados en aquellos lugares saturados de estas y otras industrias, como Ventanas, Huasco, Coronel o Tocopilla, entre otras.

La toxicidad del mercurio ha llevado a la FDA (Food and Drug Administration) y a la EPA (Environmental Protection Agency) en Estados Unidos, a obligar a los supermercados a poner avisos visibles que adviertan sobre los riesgos de comer pescados con altas concentraciones de este contaminante, como los atunes, tiburones o peces espada, especialmente por parte de mujeres embarazas o en periodo de lactancia, y de niños. La toxicidad propia de este metal puede causar serios problemas neurológicos y malformaciones en fetos.

A fines de junio de 2011 el Gobierno anunció que realizaría la toma de muestra de pescados y mariscos, frescos y enlatados, para analizar el contenido de mercurio. Tras ese anuncio Oceana, haciendo uso de la Ley de Transparencia, solicitó al Ministerio de Salud los resultados de tales análisis. Dentro de las conclusiones más relevantes, llamó la atención que las muestras sólo hayan provenido de tres puntos geográficos del país y, en su mayoría, del extranjero. Entre los peces chilenos analizados destacó el hecho que el 30% de las albacoras refrigeradas y/o congeladas arrojaran valores de presencia de mercurio por sobre el límite máximo establecido en el Reglamento Sanitario de los Alimentos (Decreto Supremo 977/96). Para el caso del atún enlatado –importado- el porcentaje fue de 2,3%.