España prolongará por cinco años la explotación de su central nuclear más antigua, ubicada en la localidad de Garoña (Burgos, norte), anunció este sábado el ministro de Industria, José Manuel Soria, una decisión calificada como “irresponsable” por los ecologistas.

“Ayer (viernes), el Consejo de Seguridad Nuclear dio su acuerdo para que (la central de Garoña) continúe su uso cinco años más”, declaró el ministro durante un discurso pronunciado con motivo del congreso del Partido Popular (derecha, en el poder) que se celebra en Sevilla.

El informe del consejo prevé incluso la posibilidad de añadir aún un sexto año de vida, lo que prolongaría el funcionamiento de la central hasta 2019.

“No podemos permitirnos infrautilizar nuestros recursos energéticos”, agregó e ministro, en momentos en los que el país puede volver a entrar en recesión este trimestre y en los que se está aplicando un duro plan de austeridad para reducir su déficit público.

“Debemos tener una buena combinación” entre las diferentes fuentes de energía”, insistió.

La central de Garoña, que entró en servicio en 1971, es la más antigua de las que aún siguen con actividad en España y está controlada por los grupos energéticos Iberdrola y Endesa, a través de la sociedad Nuclenor.

Varias asociaciones ecologistas, entre ellas Greenpeace, reclamaron en el pasado el cierre de la central, a la que presentan como la “hermana gemela” de la de Fukushima, la central japonesa que sufrió un grave accidente tras el sismo y el tsunami ocurridos el pasado 11 de marzo.

En un comunicado, una de las principales organizaciones ecologistas españolas, Ecologistas en Acción, calificó como “irresponsabilidad mantener abierta una central vieja, construida antes de las enseñanzas de los principales accidentes nucleares (…) y aquejada de problemas mal solucionados”.