Samba, disfraces… y ladridos: la celebración del carnaval en Río de Janeiro es también de las mascotas, para las que se organizó el domingo un ‘bloco’ para celebrar junto a sus amos la tradicional fiesta que comienza oficialmente a finales de esta semana.

En la rambla de la popular playa de Copacabana poco a poco van llegando al ‘bloco’ (carnaval de calle) familias enteras con sus mascotas, la mayoría de ellos perros de todas las razas, tamaños y colores, aunque con una cosa en común: peculiares y divertidos trajes diseñados para la ocasión.

“Perro carioca, amo carioca, no da para no gustar del carnaval”, dice sonriente a la AFP Mario Porto, de 47 años, que carga entre sus brazos a la pequeña Tati, una yorkshire disfrazada de bailarina.

“Hace seis años que vengo. Es una cosa diferente, creativa. Es bien interesante esta propuesta y uno también acaba disfrutando”, añade Porto, mientras otros asistentes le toman fotos a su perrita.

A pocos metros, con un coche para bebés porque “el asfalto está muy caliente para sus paticas”, Rousa Faguri disfruta con su puddle Dick, disfrazado de “gnomo brasileño”, y su maltés Lady Katy, como hada.

“Siempre los traigo, les preparo un disfraz diferente, lo adoro”, dice Faguri, de 43 años.

El ‘bloco’ de los animales completa este año 10 ediciones de “fiesta maravillosa”, según dice uno de sus organizadores, Felipe Moreira.

“Los animales forman parte de la familia, es para las personas que disfrutan y aman a los animales. Y para ellos es una fiesta, tienen contacto con otros animales y eso les encanta”, explica a la AFP.

En Rio de Janeiro, como en todo Brasil, la pasión por el fútbol es infinita, por lo que las mascotas no se salvaron de desfilar las camisetas de los equipos más populares de la ciudad, como Flamengo, Fluminense y Vasco.

La puddle Mindy va con la del ‘rubronegro’ al igual que su dueña, Eliana de Oliveira, mientras la pequinés Shena lleva la del ‘tricolor’. Julia León, una niña de seis años, está orgullosa de su shihtzu Romeo con el uniforme vascaíno.

Y Hanna, una labrador cachorra de 8 meses, completa el combo futbolístico luciendo los colores de la ‘seleçao’: “es la novia de Neymar”, bromea Carlos Alfonso, de 39 años, mientras hace cariños a su mascota.

En general, los motivos de los disfraces son de lo más variado y abarcan superhéroes -Superman, Zorro, Batman-, pasando por policías, payasos y otros animales, como mariposas, mariquitas, abejas y hasta vacas.

“Lo más importante es que el disfraz sea cómodo (…), que no se sienta mal”, explica Haluska Barroso, que ha venido a los 10 años del ‘bloco’ con Frasao, su puddle de 15 años, al que vistió de militar en un “homenaje a las fuerzas armadas de Brasil”.

“¿Dónde está la ‘cachorrada’ (los perros)?”, se escucha en los parlantes del camión de sonido, que tiene en la punta un enorme perro inflable, antes de hacer el recorrido por la avenida Atlántica, junto a la playa, desde donde salen personas para ver desfilar a los animales y tomar fotos.

Rosileni Batisti de 35 años camina entre la multitud canina con su gato Like, de 9 meses. “Creo que soy la única con gato aquí”, bromea. Pero rápidamente se le une Hander Fernandes con otro minino: Theo.

Fernandes es vendedor de ropa para mascotas, que él mismo fabrica y que Theo modela todos los días en Copacabana, donde vende su mercancía. “Ya es famoso, todos los conocen por acá”, explica sonriente.

El ‘bloco’ de las mascotas se une a cientos de ‘blocos de rua’ en toda la ciudad que preparan el camino para el gran Carnaval, que comienza el próximo viernes y que, como todos los años, congregará a millones en una gran fiesta de cinco días.