Para volver a habitar sus departamentos, los vecinos de la Torre O’Higgins demandan atención de las autoridades, ahora que concluyó la demolición de la estructura colapsada y que fue reabierta la calle.
Ellos son los que sufrieron el llamado “daño colateral”, que por colindar frente a la Torre dañada no pudieron vivir en sus departamentos todos estos meses, y aún están de allegados o arrendando una propiedad adicional.
Adriana Merino, jubilada expresó la necesidad económica que tienen para reparar sus departamentos. Pese a obtener algunos, subsidios de reparación las cifras son muy bajas para cubrir sus necesidades.
Por vivir en el centro y tener una situación económica favorable, no son acogidos por el Gobierno, sin embarg,o Sofía Montoya, dice que las jubilaciones no les alcanzan para reparar y mantener otra propiedad en arriendo por el daño de la original.
Mientras, la satisfacción con la apertura de la calle, recae en el comercio del sector de Angol y Salas, que podrá reabrir sus puertas y recuperar las ganancias perdidas.