El presidente francés Nicolas Sarkozy, que aún no declaró oficialmente su candidatura, pero la cual se da por descontada, deberá lidiar en la campaña electoral de 2012 con una tasa de desempleo que subió a 9,3% en el tercer trimestre, su nivel más alto en los últimos 12 años.

El gobierno francés tuvo que enfrentarse el lunes por la noche a los nuevos y desastrosos datos del desempleo, que sumaron en noviembre 51.800 personas más. Actualmente hay 2,84 millones de desempleados.

Sarkozy, que debería oficializar en febrero su candidatura para optar a la reelección, convocó para el próximo 18 de enero a los sindicatos y a la patronal para participar en una “cumbre sobre el empleo” en el palacio del Elíseo.

Pero la actual situación presupuestaria solo permitirá al presidente proponer despidos parciales o flexibilizar el tiempo de trabajo para evitar al máximo los despidos, tal y como apuntó este martes el ministro de Trabajo, Xavier Bertrand, que atribuyó el aumento del paro en Francia a la crisis en la Eurozona.

“Cuando las cifras económicas no son buenas, las cifras del empleo tampoco lo son”, afirmó Bertrand en la radio francesa RTL.

La crisis de la deuda europea está impidiendo la reactivación de la economía, lo que puede provocar que Francia y los principales países de la zona entren en recesión.

Francia acaba de presentar dos planes de ajustes para los próximos cuatro meses, en un momento en el que es vigilada de cerca por las agencias de calificación, que podrían rebajarle en cualquier momento la nota triple A, sinónimo de condiciones favorables de préstamo en los mercados.

París está intentando preservar su credibilidad, pese a que su importante deuda pública le obligará a pedir en 2012 un crédito de al menos de 178.000 millones de euros en los mercados.

Ningún ministro se arriesga a prever medidas de apoyo a la economía, una actitud que contrasta con la de 2008, cuando Sarkozy impulsó un plan de 26.000 millones de euros para estimular la inversión. Entonces, la prioridad era el crecimiento, ahora es la reducción del déficit.

“El desempleo no es un problema exclusivamente francés. Sólo en Alemania el desempleo disminuye porque han hecho profundas reformas en el mercado desde hace 10 años. Nosotros sólo hemos adoptado reformas en los últimos años”, justificó el ministro de Trabajo francés.

En Francia, se prevé que el gobierno tenga dificultades para mantener la tasa de paro por debajo del 10%, pese a que Sarkozy prometió reducirla al 5% antes de su elección en 2007.

“En 2012 esperamos un año catastrófico. Prevemos acabar el año con una tasa de desempleo del 10,7%”, declaró a la AFP Henri Sterdyniak, economista del Observatorio Francés de Coyunturas Económicas (OFCE), un instituto independiente.

El socialista François Hollande, que parte como favorito en las presidenciales que se celebrarán el 22 de abril y el 6 de mayo, aseguró que otra política de empleo es posible.

“El resultado de Nicolas Sarkozy: ¡un millón de desempleados en un mandato! (…) El gobierno aplica una política que solo puede conducir a un incremento del número de personas que buscan trabajo y a una debilidad del crecimiento”, comentó el asesor de Hollande en estas cuestiones, Alain Vidalies.