Corría el mes de septiembre y Vincenzo Guarino, propietario del Restaurant Golfo di Nápoles en nuestro país, decidió tomarse una fotografía junto hasta ese entonces ‘desconocido’ internacionalmente jugador de la Universidad de Chile, Eduardo Vargas.
Hasta ahí todo bien, el tema es que en medio de ambos, una camiseta del Nápoles lucía para la posteridad. Nadie imaginó que meses más tarde, esa sería la presentación no oficial con la escuadra italiana del ariete nacional.
Escuche aquí el diálogo de Bío-Bío Deportes con Guarino.
“Lo que pasa es que Vargas vino a cenar en mi local en septiembre después de un partido de la ‘U’ y antes del partido de la selección (probablemente sea con Nacional de Uruguay por la Copa Sudamericana del 14 de septiembre). Un garzón me dijo que ese futbolista que está ahí, es jugador de la Universidad de Chile, que todavía no era famoso. Comió aquí y le hice una fotografía normal y después le pedí una con la camiseta del Nápoli, por que los hinchas del Nápoli le daban una suerte”, aseveró.
“Nadie imaginaba que se iría al Napoli. Yo soy hincha del club. Un caballero grande que estaba con él, me dijo tú no conoces a nadie en Italia para que lo mandemos para allá (a Italia)”, agregó.
Pero la historia adquiere ribetes de incredulidad cuando el Guarino agrega ya más suelto: “El día 9 de diciembre, yo mande un e-mail a la asociación del Calcio diciendo que era un jugador muy bueno y después ganó la final y todo eso. Al final el Nápoli lo compró”, aseveró.
Finalmente, el comerciante dijo sentirse orgulloso por su acierto.
“Yo tengo antes una foto con la camiseta del Nápoli. Es un orgullo para mí. Es mía, personalmente, tengo el negativo y todo. Tengo una foto grande en el local. Esa fue la primera y única vez que vino al local. Ahora ojalá que pueda mandarme la camiseta firmada de él, ya que le di la bendición”.
“Feliz de que esté en el Nápoli. Nunca más sacaré la foto de ahí…”, advirtió.