El Gobierno francés recomendó el viernes retirar “a título preventivo” los implantes mamarios de marca PIP de unas 30.000 mujeres, aunque aclaró que se carecían de pruebas de que esas prótesis -que se exportaron ampliamente a países de Europa y América Latina- aumentaran el riesgo de cáncer.
El ministro de Salud, Xavier Bertrand, desea “a título preventivo y sin carácter de urgencia” la retirada de esas prótesis, aun cuando no haya señales de deterioración de los implantes, indicó un comunicado de esa cartera.
De acuerdo con el ministerio, un número no conocido de esos implantes contiene silicona en gel inapropiada para uso médico y por lo tanto presenta un riesgo potencial para la salud en caso de ruptura de la prótesis.
Los gastos de la extracción, incluyendo la hospitalización, serán cubiertos por la seguridad social francesa. En el caso de mujeres sometidas a cirugía de reconstrucción (luego de un cáncer de mama), la colocación de un nuevo implante también será cubierto.
El Ministerio recomendó a las portadoras de implantes que verifiquen la marca de sus prótesis, y a las que tengan prótesis PIP que consulten inmediatamente un médico. A los médicos, el ministerio les pidió practicar “precios razonables” para la extracción.
Un informe elaborado por un comité de expertos del Instituto Nacional del Cáncer (INCa) a pedido del ministerio de Salud apuntó que “en este momento no existe un riesgo mayor de cáncer en las mujeres portadoras de prótesis mamarias de la marca PIP en comparación con otras prótesis”.
“En cambio, con relación a esas prótesis se ha establecido claramente un riesgo de ruptura, y el poder irritante del gel puede provocar reacciones inflamatorias, lo que dificulta la explantación (retiro)”, subraya el informe.
Ocho casos de cáncer fueron señalados en Francia en mujeres portadoras de la prótesis de la sociedad francesa Poly Implant Prothèse (PIP) aunque hasta el momento no se ha podido establecer ninguna relación de causa y efecto.
La empresa Poly Implant Prothèse (PIP) llegó a producir 100.000 prótesis mamarias al año, como cuarta mayor empresa mundial del ramo, y exportaba casi el 84% de su producción, pero a inicios de 2010 la firma entró en colapso ante reiteradas denuncias de rupturas de sus prótesis.
En Gran Bretaña, unas 250 mujeres entablaron una acción judicial después de que al menos la mitad de ellas tuvieran problemas con las prótesis de mama fabricadas por PIP.
Varios países latinoamericanos adoptaron en 2010 medidas de protección, con prohibición de importar y comercializar esas prótesis. Autoridades de Venezuela y Brasil informaron a la AFP que aguardaban las recomendaciones de los responsables franceses pare eventualmente analizar otras medidas.
De acuerdo con un vocero de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) de Brasil, unas 10.000 prótesis PIP fueron retiradas del mercado, pero cerca de 25.000 mujeres brasileñas llevan esos implantes.
La Sociedad Venezolana de Cirugía Plástica (SVCP) “se pronunció públicamente y esas prótesis no volvieron a comercializarse. Los implantes que estaban en inventario salieron del mercado y fueron devueltos”, dijo en Caracas Marisol Graterol, titular de la institución, que no precisó el número de implantes devueltos.
Argentina bloqueó las prótesis de PIP en abril de 2010. Colombia, a su vez, recomendó la suspensión en el uso de las prótesis de PIP en abril, pero decidió la prohibición en octubre, después que se comprobaran “índices de ruptura por encima de los limites aceptables”, según el Instituto Nacional de Vigilancia (Invima).