Siria y su aliado libanés Hezbolá rechazaron el lunes las declaraciones del jefe de la diplomacia francesa Alain Juppé, quien involucró a Damasco y al partido chiita en el atentado perpetrado el viernes contra cascos azules franceses en el sur del Líbano.

“Siria no está relacionada con esta acción que denunciamos”, afirmó el portavoz del ministerio sirio de Relaciones Exteriores, Jihad Makdesi, en un comunicado, después de que Juppé declarara el domingo que Siria está “sin duda” detrás del atentado.

“Las declaraciones de Juppé fueron hechas en el marco de acusaciones francesas premeditadas para falsificar la realidad de Siria”, agregó.

El 9 de diciembre, cinco cascos azules franceses de la Fuerza de Naciones Unidas desplegada en el sur del Líbano (FINUL) resultaron heridos por la explosión de una bomba accionada al paso de su todoterreno en Tiro (80 km al sur de Beirut).

El incidente se produjo en un momento en que políticos y diplomáticos subrayan el riesgo de que la violencia en Siria desestabilice a Líbano, con un gobierno dominado por el partido armado Hezbolá, aliado de Damasco.

Por su parte, el Hezbolá rechazó “totalmente esas acusaciones” en un comunicado publicado en el sitio internet de su cadena de televisión Al Manar, horas después del desmentido de Damasco.

Juppé afirmó que “sin duda” Siria está detrás el atentado y que ese país utiliza al Hezbolá libanés para este tipo de ataques.

Juppé pidió al gobierno libanés que proteja a la Finul, creada en 1978 para vigilar la frontera entre Líbano e Israel y que cuenta en la actualidad con 12.100 efectivos, de los cuales 1.300 son soldados franceses.

La represión en Siria ha causado más de 4.000 muertos desde el inicio de las manifestaciones en marzo, según la ONU.