Doce civiles resultaron muertos el sábado en Siria por disparos de las fuerzas de seguridad del régimen del presidente Bashar Al Asad, en momentos en que países occidentales expresaron inquietud ante una nueva operación contra la ciudad de Homs.

Estos nuevos actos de violencia ocurrieron en la víspera de una huelga general convocada por militares pro democracia en el cuadro de una campaña de desobediencia civil.

Tres civiles murieron por disparos en Homs (centro) y dos más en localidades de la provincia de Deraa (sur), según la organización no gubernamental Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), basada en Londres.

Otras cuatro personas murieron cuando las fuerzas de seguridad dispararon contra participantes en un funeral en Maaret Al Noman (noroeste), según el OSDH, al tiempo que tres civiles murieron y ocho resultaron heridos en la provincia de Hama (centro).

El viernes, al menos 41 civiles, entre los cuales había siete niños, murieron bajo los disparos de las fuerzas de seguridad durante manifestaciones contra el régimen.

Según la ONU, la represión de la revuelta popular contra el régimen de Asad ha causado más de 4.000 muertos desde marzo pasado.

De acuerdo con el OSDH, tres hombres que habían sido secuestrados por fuerzas de seguridad en Harasta, próximo de Damasco, perecieron bajo tortura.

En este escenario, países occidentales expresaron su preocupación y alertaron al gobierno de Siria contra todo acto que afecta a la población civil.

“Francia está profundamente inquieta con las informaciones sobre una operación militar de envergadura que las fuerzas de seguridad siria preparan contra la ciudad de Homs”, dijo el sábado el portavoz de la cancillería francesa, Bernard Valero.

Estados Unidos y Gran Bretaña ya habían señalado el viernes su preocupación con la situación en Homs, e incluso la cancillería británica llamó a Damasco a “retirar inmediatamente sus fuerzas” de esa ciudad.

“Toda la información que tenemos, y así como lo dicen los militantes en el terreno, el régimen se prepara a cometer una masacre colectiva para controlar la revolución en Homs, y para dar un ejemplo a otras regiones”, afirmó el Consejo Nacional Sirio, que agrupa a varias corrientes de la oposición.