El alza de los precios del consumo en China, principal indicador de nivel de la inflación, se frenó con fuerza en noviembre, a 4,2% en cálculo anual, o sea su nivel más bajo desde septiembre de 2010, anunció el Buró Nacional de Estadísticas (BNE).

En octubre, el alza de precios en la segunda economía mundial estaba aún en un 5,5%, tras alcanzar un máximo de 6,5% en julio.

La desaceleración de la inflación ha llevado ya al gobierno a comenzar a distender la política monetaria mediante la reducción de la tasa de reservas obligatorias de los bancos,lo que equivale a dejarles que otorguen más préstamos en apoyo de la economía.

El aumento de precios de los alimentos, un indicador sensible porque afecta principalmente a los más pobres, cayó fuertemente, a 8,8% en cálculo anual el pasado mes.

Una inflación menos elevada “se debe principalmente a dos razones: una base de comparación más elevada con noviembre de 2010, y el declive en un mes del precio de las verduras y la carne”, explica el comunicado de la BNE.

Ahora, China debe luchar contra una desaceleración muy fuerte del aumento de su crecimiento, cuando sus exportadores tienen dificultades vinculadas a la crisis en Europa y Estados Unidos.

La producción manufacturera, muy dependiente de las exportaciones, disminuyó el mes pasado por primera vez en 33 meses.