En entrevista con el portal británico The Guardian el camarada Artemio, o Florindo Eleuterio Flores Hala, máximo líder de Sendero Luminoso, mostró su rostro y se refirió a su disposición al diálogo con el Estado peruano.

Frente a la actual situación que vive el movimiento manifestó directamente “estamos dispuestos a negociar”, lo que abriría la puerta a un fin a las escaramuzas que han dejado miles de muertos predominantemente en las zonas rurales del país, en enfrentamientos de grupos militares del Estado contra milicias de esa facción armada del Partido Comunista.

Continuando con esto señaló que “es una cuestión objetiva y viable de solucionar, sólo que hay un empecinamiento por parte del estado, los ganadores de la guerra, que quieren ser absolutos” lo que obstruiría cualquier salida añadiendo “¿por qué no se puede dialogar?, ¿porque somos terroristas o narcoterroristas?”.

Profundizando respecto a la serie de asesinatos ocurridos de la década de los 80´, Artemio realizó una autocrítica expresando que “hemos cometido excesos, errores y limitaciones”, puesto que “se ha eliminado a personas inocentes consideradas como soplones”.

Es así como maniestó su pesar por estos hechos señalando que “entiende el dolor que esto embarga” y “no sólo es necesaria una autocrítica, sino el perdón necesario a las familias que hemos enfrentado creyéndolas enemigas cuando en realidad no lo son”.

Frente a lo que dio origen a esta agrupación indicó “conozco la pobreza desde abajo, desde mi niñez” y que tras conocer el resto del país “comprendí que esto se extendía casi a todo el Perú”, ante lo cual su trabajo en sectores rurales del país buscaba promover la justicia social, con base en una interpretación maoísta del comunismo.

Sendero Luminoso se autodenomina como el Partido Comunista del Perú, se agrupó el año 1980 pasando a tomar acciones armadas en 1982, momento en el que sus acciones fueron en escalada hasta enfrentar milicias campesinas, con entrenamiento proveído por el Estado, en una seguidilla de hechos que dejaron miles de muertos.

En la actualidad se cree prácticamente disuelto, pero no obstante, se las han arreglado para realizar ataques en contra de personal de orden y seguridad de Perú, lo que ha devuelto la interrogante respecto de su actual capacidad operativa y el control que el Estado mantiene de su territorio.