Chile se sumó junto a otros diez países integrantes de la Comisión Ballenera Internacional, a la condena latinoamericana contra Japón por reanudar las “capturas disfrazadas” de investigación científica en contra de estos cetáceos.

La declaración fue suscrita por Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Panamá, Perú, República Dominicana y Uruguay que exigen el cese de la caza de ballenas en aguas antárticas.

Esto porque se trata de especies amenazadas que viven en el Santuario de Ballenas del Océano Austral y porque desde 1986 existe una moratoria comercial que las protege.

El coordinador de campañas de Greenpeace Chile, Samuel Leiva, dijo que la decisión de Japón de seguir realizando capturas a pesar del rechazo internacional es inaceptable.

El director de Ecoceanos, Juan Carlos Cardenas, aclaró que esta flota ballenera está compuesta por tres barcos que pretenden cazar a 900 cetáceos en los mares del sur y que cuentan con tropas de protección a bordo para evitar las acciones de los ecologistas.

La Agencia de Pesca Japonesa, que es el organismo encargado de supervisar esta cacería, apeló a la seguridad para no hacer publica la partida de la flota.